Este fin de semana (2-3 de abril), el colegio de los Olivos acoge el encuentro anual de comunidades Mies. Se espera la asistencia de más de medio millar de participantes provenientes de toda España. Con este motivo, su responsable general presenta esta asociación eclesial.
Mies nació en la década de los sesenta del pasado siglo, en la parroquia Santa María de la Amargura de la ciudad de Málaga. Ése fue el primer destino pastoral de su fundador, Diego Ernesto Wilson Plata. Era un cura joven de la diócesis malacitana. El párroco le encargó que trabajara con los niños y los jóvenes, y a pesar de no tener unas «dotes especiales» para ellos, su labor empezó a dar pronto mucho fruto. Unos años después, aquellos primeros niños y adolescentes, ya jóvenes, se extendieron por otras parroquias de Málaga y de otras diócesis de España, América y África.
Nuestro carisma principal es el de preparar y ofrecer a la Iglesia personas vocacionadas para desarrollar tareas apostólicas con niños y jóvenes, especialmente en las barriadas. Otros fines son vivir y propagar el amor y la devoción a la Virgen María, la liberación integral de las personas, en especial los niños y jóvenes, y la vivencia de la santidad, mediante los consejos evangélicos, para alcanzar la unión con Dios y al servicio de su Reino.
En la actualidad, estamos principalmente en la diócesis de Málaga, en una veintena de parroquias entre la capital y la provincia. Hay otra presencia de Mies en ámbitos «menos eclesiales», pero desde los que también se trabaja por el Reino del Señor: escuelas taller, asociaciones deportivas, entidades de desarrollo comunitario, organizaciones de inmigrantes, voluntariado de la cárcel de Málaga, etc.
También hay grupos Mies en otros lugares de España: Córdoba, Alicante, Madrid, Badajoz, Villarrobledo (Albacete). Fuera de España en Corrientes (Argentina), Manta y Quito (Ecuador), Luque (Paraguay) y, últimamente, en el Chad.
Mies organiza y realiza actividades religiosas, apostólicas, sociales, culturales o recreativas, que sirven de medio y complemento para la formación integral de sus miembros, y para el servicio de la Iglesia y de la sociedad, en especial de la infancia y de la juventud marginada. Destacan entre otras: la promoción y animación de centros infantiles y juveniles dentro del ámbito parroquial y en barrios humildes; la organización de actividades al aire libre con niños y jóvenes (senderismo, acampadas y campamentos de verano); presencia y actividad misionera en países en vías de desarrollo, que abarca la promoción humana y la evangelización; la organización y participación en actividades de carácter social, con un compromiso por la justicia y por la paz; y la colaboración en la pastoral de las diócesis en donde están presentes, especialmente en los campos de infancia y juventud.