En 1699 comenzaron las obras del templo parroquial de Santa Cruz Real, en la localidad de Teba, y en 1715 concluyeron. Se acaban de cumplir los 300 años y el próximo 31 de octubre lo van a celebrar con una Eucaristía en la que el Sr. Obispo dedicará el nuevo altar y el templo.
Rubén Reale es el párroco de Teba desde hace seis años y estos últimos cuatro ha vivido la restauración integral del templo. «Se ha restaurado el tejado que se encontraba en riesgo incluso de derrumbe», afirma Reale, «también se han restaurado las vidrieras del templo, el retablo, el suelo, el campanario y la instalación eléctrica. El mármol rojo de Teba de la solería se ha limpiado y se ha vuelto a recolocar en el templo. Tiene un valor importante para el pueblo, pues la piedra procede y es del siglo XVIII. En cuanto a la iluminación, el templo estaba muy en penumbra, hemos rescatado algo de luz con las 21 vidrieras que hemos restaurado y además se ha cambiado la iluminación de la iglesia».
Otro de los problemas que se encontraban en el templo era la humedad, que han solventado creando una cámara de aire bajo la solería, con lo que la temperatura del templo ha disminuido en unos 6 grados, lo que supondrá, en palabras del párroco «un ahorro energético». En este sentido, han aprovechado una ayuda de la Junta de Andalucía para cambiar también las ventanas y seguir cuidando el medio ambiente y el consumo de energía.
Pero aún quedan cosas por hacer. «En estos cuatro años se ha restaurado, reparado y conservado todo lo previsto, respetando al máximo los materiales originales y usando las nuevas técnicas, para que dure otros 300 años más», afirma Rubén Reale. «El arquitecto, Antonio García Fresneda, es natural de Granada, pero se casó con una vecina de Teba; y el aparejador Sebastián Castillero, también es natural de Teba. Al comienzo de la obra, hicimos un Plan Director que abarcaba todas las necesidades de restauración en el templo, de manera que, cuando venga otro sacerdote sepa lo que se ha hecho y lo que queda por hacer». Aún faltarían por restaurar las pinturas antiguas del templo: «entre ellas, las pinturas que rodean al Santísimo (San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino), las de la capilla de las Ánimas, las del Baptisterio y las de las cuatro esquinas de la iglesia, en las que se representan las Cuatro Virtudes. Pero es una tarea que le quedará a mi sucesor, porque ya no tenemos un duro y esto necesita mucho trabajo y mucho dinero».
«El pueblo adora su templo parroquial», concluye Rubén, «y se ha involucrado con la restauración del templo y con la celebración del próximo día 31 de octubre. Por ejemplo, después de toda la reforma, había que plantearse pintar el interior del templo, que con la humedad estaba muy deteriorado. Los vecinos se han encargado de picar, enfoscar, enlucir y pintar, hasta de comprar la pintura».
Durante este tiempo, el templo se ha podido seguir utilizando en algunas temporadas y, cuando hubo que cerrarlo «nos hemos trasladado a la ermita de Nuestro Padre Jesús, un lugar que está justo en el centro del pueblo».
Encarni Llamas Fortes