Este fin de semana se ha celebrado la última convivencia mensual de este curso para los jóvenes del Seminario Menor y el equipo de formadores ya está ultimando la del verano, que tendrá como lema “Buscando el Sur”.
Diego es natural de Antequera y explica que en el Menor, como lo llaman cariñosamente, «vemos que no somos los únicos “locos”, sino que hay más jóvenes que sienten también esta inquietud de ser curas. Además, contamos con el apoyo de tres monitores, que son seminaristas mayores (Javi, José Ignacio y José Francisco) y del rector, Fernando Luque, que hacen un gran trabajo».
Diego es uno de los diez chavales, de entre 15 y 18 años, que, en la actualidad, forman el Seminario Menor. Provienen de Antequera, Marbella, Alhaurín, La Cala del Moral y Málaga.
El objetivo del Seminario Menor es, en palabras del rector Fernando Luque, «ofrecer a estos chicos un proceso tranquilo y sereno de discernimiento. El Seminario Menor de Málaga es externo y sus participantes se reúnen una vez al mes, un fin de semana. Durante la semana, los seminaristas viven en sus hogares y tienen una vida normal en sus parroquias, colegios… En esa convivencia mensual de fin de semana, estos chavales salen de esa realidad cotidiana y vienen al Seminario para pararse y reflexionar sobre algo tan importante como es la vocación, es decir, qué quiere Dios de ellos».
En la actualidad, tres seminaristas mayores, de los que se encuentran estudiando y formándose para ser sacerdotes de la Iglesia Católica de Málaga, estuvieron en el Seminario Menor «por lo que, tenemos claro que sigue siendo un lugar de referencia para suscitar vocaciones, aunque no sea el único pues los jóvenes se plantean cada vez con más edad la vocación», explica Fernando.
Este verano, seminaristas, monitores y rector emprenderán su camino “Buscando el Sur” y es que, como afirma Luque, «cada año hay que darle una vuelta a la convivencia para que sea atractiva para los chavales. El año pasado hicimos una experiencia por el norte de España a la que llamamos “Buscando el Norte”, con la que quisimos conocer la vocación de los grandes santos españoles, en los lugares donde vivieron: Ávila, Palencia, Covadonga, Loyola y Palencia. Esta experiencia fue muy positiva y este año nos hemos animado a hacer una versión por el sur, que nos va a llevar a la vocación de varios santos andaluces. Comenzaremos la convivencia el 3 de julio y el 4 lo dedicaremos a san Manuel González, de quien seguiremos sus huellas en el edificio del Seminario que el construyó; el 5 continuaremos en Málaga con el P. Arnaiz, al que conoceremos mejor gracias a las Misioneras de las Doctrinas Rurales; y después continuaremos la ruta por Alpandeire, para conocer la vocación de Fray Leopoldo; Sevilla, donde nos espera santa Ángela de la Cruz; y Montilla, donde reposa el patrón del clero español, san Juan de Ávila. Terminaremos el día 8 en Granada. Es una ruta atrevida, somos conscientes, por las fechas calurosas en las que nos encontramos, pero lo estamos organizando muy bien para que sea una experiencia bonita para ellos».
Los adolescentes que quieran conocer un poco mejor esta experiencia pueden preguntar por ella a sus párrocos o catequistas, para que los presenten. Fernando Luque recomienda a los chavales que sientan esa inquietud y no se atrevan a dar el paso, «que vengan y vean y después valoren si continúan. El Seminario Menor es una ayuda para descubrir qué quiere Dios de ti y por qué camino te llama. Es un período para conocer, discernir y dar pasos. No todos los chavales del Menor pasan al Mayor pero a todos les ayuda a conocer y descubrir qué quiere Dios de ellos, que es algo fundamental para ser felices».
José Francisco Fernández es uno de los tres monitores que acompañan al Menor y reconoce que, «esta experiencia es muy positiva porque, además de descubrir que lo que les inquieta a ellos también les inquieta a otros adolescentes, descubren que el sacerdocio sigue siendo una opción de vida hoy día y que les puede hacer felices. En los dos años que llevo como monitor, al tiempo que los acompañamos nos enriquecemos con la ilusión y la energía que tienen. El Menor es un lugar donde sus inquietudes se toman en serio, los escuchamos y atendemos, dándoles espacio para la oración y la convivencia, y para compartir y conocer otras realidades de la Iglesia. En definitiva, se trata de que conozcan la vocación sacerdotal y el Seminario y decidan ellos mismos desde su libertad».