Mons. Catalá en la Jornada de la Fiesta de la Presentación del Señor ha animado a los consagrados que vivan «con ilusión, con fidelidad y con entrega generosa, para dar testimonio de la validez del seguimiento de Cristo y de la belleza de la vida de especial consagración.»
En la homilía pronunciada en la Catedral de Málaga con motivo de la Jornada de la Vida Consagrada ha señalado que «la memoria agradecida nos anima a tener una mirada de esperanza, para poner en práctica lo que dice el Espíritu a la Iglesia de hoy y profundizar en los aspectos constitutivos de la vida consagrada.» No obstante, ha advertido que «hay que ser realistas y conocer con objetividad la situación que afronta la vida consagrada, con sus problemas y retos, que van ligados a los problemas por los que atraviesa la sociedad en la que estamos inmersos».
A la luz de la situación actual ha animado a vivir «en correspondencia a la llamada de Jesucristo y en fidelidad a los carismas fundacionales.» Así mismo ha recordado que «el Año de la Vida Consagrada nos ofrece una oportunidad extraordinaria para valorar y agradecer la vida de tantas personas, que se han consagrado de modo especial al Señor en el servicio a los pobres y a la Iglesia» a la vez que considera que este Año es «ocasión propicia para fortalecer la dimensión vocacional, dando a conocer mejor la vida consagrada, tan necesaria en la Iglesia, potenciando iniciativas y propiciando una respuesta más generosa por parte de los jóvenes a la llamada Señor.»