Ignacio Núñez de Castro, sj, catedrático emérito de Bioquímica y Biología Molecular de la UMA, dictará el martes 19 de noviembre a las 19.30 horas la ponencia “Dignidad y vulnerabilidad del embrión”. Organizada por la Asociación Gálvez Ginachero, tendrá lugar en el CESET (Abadía de Santa Ana. 4)
¿Qué nos dice la Biología sobre la protección del embrión humano?
Aunque hemos avanzado mucho en la biología del embrión, todavía no conocemos perfectamente lo que es y, sin embargo, lo manipulamos de muchísimas maneras. Ante la gran cantidad de lagunas que hay sobre el embrión, lo que deberíamos tener sería una gran prudencia y cuidado, pero vemos que no es así.
¿Hasta qué punto un embrión humano es una persona humana?
Desde el primer momento de la concepción tenemos una vida humana nueva. Es lo que acontece en todos los mamíferos desde el momento de la unión de los gametos del padre y de la madre y la aparición de esa nueva célula que llamamos cigoto. El ciclo vital es un proceso que comienza en esa sola célula y acaba en la muerte de la persona.
Las leyes, sin embargo, marcan plazos a partir de los cuales ese ser humano merece protección…
No se pueden fijar momentos determinados en el ciclo de la vida, porque toda vida es una realidad procesual y evolutiva. Generalmente, hemos concebido la realidad en la mentalidad griega, donde el ser es estático. Sin embargo, tenemos que vernos como seres dinámicos, lo que significa que todo ser es un proceso desde su comienzo como una sola célula hasta que haya una desintegración completa de ese conjunto de células, a lo que llamamos muerte.
¿Podemos decir que en la fase de la vida en que somos más débiles es cuando más desprotegidos estamos?
Desde el momento en que es concebido, el embrión es una persona humana que debería tener todos sus derechos pero, como leí en la publicación Documentation Catholique, el embrión tiene siempre las de perder porque no se ve. No lo vemos nosotros, a no ser con un microscopio, pero no nos damos cuenta de que lo esencial, aquí una vez más, no se ve con los ojos del cuerpo.
Hay quien dice que el embrión es solo un cúmulo de células…
¡No señor! Es un conjunto organizado y con sentido. Ahora que el Papa nos invita a la esperanza de cara al jubileo, no hay mayor grito de esperanza que una vida nueva. Hay una frase preciosa del poeta Rabindranath Tagore que dice que cada niño, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido aún la esperanza en los hombres. Nuestra sociedad ha perdido esa esperanza y hay que revitalizarla.