En esta última semana dos jóvenes han tomado los hábitos en Málaga, un ejemplo más de la salud de la Vida Contemplativa en nuestra Diócesis. Con motivo de la jornada Pro Orantibus, el 31 de mayo, entramos en los conventos de las carmelitas de Ronda y las clarisas de Vélez-Málaga de la mano de algunas de sus religiosas más jóvenes.
«Nuestra alegría viene de encontrar a Dios en todas las cosas»
Vull Thi Tran tiene 33 años es de Vietnam y lleva un año en Málaga como Hna. María Carmela del Espíritu Santo. Aunque tiene dificultad para expresarse en español, ha querido dar su testimonio a DiócesisMálaga.
¿Cómo llegaste aquí?
La comunidad de Ronda nos pidió ayuda, pues somos una comunidad muy grande en Vietnam y con muchísimas jóvenes. La Madre Priora de nuestro convento nos lo comunicó a todas y nos preguntó si algunas estábamos dispuestas a venir a España. Después de escucharla y rezar, yo sentí lo que nos dice san Pablo, que «el amor de Cristo nos apremia». Era el amor de Cristo el que me lo pedía y yo quise responder.
¿En qué momento de tu consagración te encuentras?
Soy profesa simple. Hice mi profesión en Vietnam hace cuatro años, pues allí tenemos un largo tiempo de prueba.
¿Cuántas sois en el convento?
En el convento de Ronda somos once monjas: ocho profesas solemnes y tres profesas simples. Junto a mí hay otras hermanas de Vietnam.
¿Qué te gusta más del carisma carmelitano?
Lo que más me gusta es la oración mental, esa oración en silencio con el Señor.
¿De dónde viene la alegría de la vida contemplativa?
De encontrar a Dios en todas las cosas.
¿Qué le dirías a una joven sobre la vida contemplativa?
Más que decirle, le dejaría ver mi alegría de vivir con Jesús. Quizás eso le haga pensar. Si nos ven tristes, la gente puede sentir miedo hacia esta vida y no entenderlo.
«A pesar de que han matado a muchos cristianos, en Kenia llueven las vocaciones»
Elizabeth Mumo Makau tiene 29 años y es natural de Kenia. Lleva tres años en las Clarisas de Vélez- Málaga y el pasado 3 de mayo hizo su profesión simple con el nombre de Sor Isabel de la Misericordia.
¿Cómo nació tu vocación?
A pesar de que han matado a muchos cristianos, en Kenia llueven las vocaciones. Desde niña, ser religiosa era mi sueño. El día en que recibí mi primera comunión, con doce años, ya no me salí de
la Iglesia. Visitaba enfermos, ancianos, huérfanos y enseñaba catequesis a los niños. Cuando terminé el instituto, me decidí porque el Espíritu me empujaba en mi interior con fuerza irresistible.
¿Qué es lo que más te gusta del carisma de santa Clara?
Vivir en confianza radical en Dios, en su fidelidad, en su amor; no tener nada para ser colmados enteramente por el amor de Dios.
¿De dónde nace la alegría de la vida contemplativa?
De la fe, el gozo, el amor y el servicio. Como corazón de la Iglesia que somos, Dios quiere más contemplativas para extender la mano en el mundo entero, con nuestras oraciones. Somos «cooperadoras y sostenedoras de los miembros vacilantes de la Iglesia» (Santa Clara).
¿Qué le dirías a una joven sobre la Vida Contemplativa?
«Noesperesmás. Dios te está llamando. Está a la puerta. No lo busques en otro sitio. Está dentro de tu corazón. Ahora es el tiempo».
La clausura en Málaga
En Málaga, la vida contemplativa tiene rostro de mujer. En la Diócesis de Málaga, los monasterios de clausura pertenecen exclusivamente a congregaciones femeninas. Son un total de 18 conventos, en los que viven casi 180 religiosas del Carmelo, Clarisas, Dominicas, Cistercienses, Mercedarias y Mínimas.
La riqueza de su carisma reparte los dones del Espíritu Santo en Málaga capital, Coín, Ronda, Vélez-Málaga, Antequera, Cañete la Real, Archidona y Torremolinos.
Ana María Medina