El comienzo del camino de Cristo

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

La pregonera de la Semana Santa de Málaga, Paloma Saborido, invita a vivir la Semana Santa desde la entrada en Jerusalén.

Cuando se acerca la Semana Santa, cuando el eco de las marchas resuenan en los oídos, y las calles comienzan a transformarse en tapiz de cera y pétalos, es el momento de parar, de meditar, de rememorar aquél Mensaje de Amor y Perdón absolutos; de acercarnos como culmen al camino de Cristo. Un camino que comenzó incluso antes de su Pasión, quizá con su misma concepción. Un camino que nos conduce hacia la Verdad reflejada en la presencia en la tierra del Reino de Dios, aquí, por Él y en Él. Un camino que parece disponer un mismo principio y fin en el triunfo y la gloria. ¿Quién pudiera haber acompañado a Jesús en ese tránsito? ¿Quién pudiera haberse acercado al Hijo de Dios montado en una burra? ¿Quién pudiera haber vivido con él ese instante de Amor infinito, entre palmas que se sacuden sin cesar, entre lágrimas, vítores y oraciones? ¡Quién pudiera haber seguido sin descanso a Aquél que bendice permanentemente nuestra pasión diaria que es la vida…! Porque la entrada en Jerusalén no es más que la misma felicidad, la dicha del hombre y la mujer que saben que tras ello, cualquier acto será nimio en comparación con la incondicional entrega de Jesucristo. Cómo quisiera hoy agitar fuertemente mi palma como cofrade y cristiana, y perseguir a este Jesús que conoce su camino, que es capaz de vislumbrar el dolor, el sufrimiento o la tristeza que le aguardan, pero que aun así cada Domingo de Ramos sigue entrando en nuestra vida. Cómo quisiera calmar su angustia, hacerle sentir que estaremos en su oración en el Huerto de Getsemaní, que volveremos a elegirle a Él ante Poncio Pilato, que nos convertiremos en su cirineo, que nos mantendremos firmes bajo su Cruz, que arroparemos a su Divina Madre, y que permaneceremos como testigos al fin de su Luz Eterna. Porque la bendición de Jesús entrando en Jerusalén no es más que el triunfo del Amor sobre todo; no es más que el preludio de nuestro principio, cuando Cristo desgarre la razón y al fin vivamos su Resurrección.

Paloma Saborido Sánchez.

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