Dos obispos y una acción de gracias

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

D. Jesús Catalá, obispo de Málaga desde hace 12 años y medio celebra sus bodas de plata de ordenación episcopal el 11 de mayo, y D. Ramón Buxarrais, quien fuera obispo de Málaga durante 18 años, celebra sus bodas de oro el 3 de octubre. Ambos tienen muchos motivos por los que dar gracias a Dios.

«Cincuenta años que recibí esta gracia de Dios: ministerio que me encomendó, del que nunca me he sentido digno. Pero, Él a veces escoge los instrumentos menos válidos, humanamente hablando, y hace su labor. Y estos 50 años han sido muy bonitos, muy llenos de gracia y eso le doy al Señor: gracias por todo. De mi tiempo como Obispo de Málaga, recuerdo con mucho cariño cuando ordenaba a los sacerdotes. Cada ordenación era para mí una alegría. La Diócesis necesitaba mucha colaboración de los presbíteros y cuando yo ordenaba a un seminarista me daba una gran alegría pensar que teníamos un colaborador más para tirar adelante en el este servicio que el Señor nos pedía», afirma D. Ramon Buxarrais.

Aquí pueden escuchar las declaraciones de D. Ramón

25 años de ministerio episcopal y 46 de sacerdocio 

D. Jesús Catalá, enmarca su acción de gracias en «el primer día, desde hace 25 años. Es más, desde hace 46 años, cuando recibí la ordenación sacerdotal. Lo del episcopado ha sido un cargo más profundo, con más responsabilidad; pero va en la línea ya de la entrega ministerial a la Iglesia. No es que haya más o menos entrega, sino que hay mayor responsabilidad, una carga más dura si cabe, más difícil. Cuando inició el año 25 de mi pontificado, el 11 de mayo de 2020, comencé a celebrar el año jubilar; estábamos en plena pandemia y me dije, “voy a disfrutar un año en que cada día sea una acción de gracias a Dios por el ministerio que me regaló y en el que también le pida ayuda porque no es fácil ser Obispo”. La mitad de mi episcopado la llevo en Málaga; antes estuve tres años en Valencia, unos diez en Alcalá de Henares y después fui enviado a Málaga, y espero seguir aquí hasta que el Santo Padre acepte mi jubilación». 

Aquí pueden escuchar las declaraciones de D. Jesús

La imagen.cliché que se tiene del Obispo

«Al Obispo D. Jesús da gusto conocerlo en persona, cara a cara» es una de las frases que los feligreses repiten cuando tienen la oportunidad de conocerlo en una Visita Pastoral o en algún acto diocesano. Y estas palabras recuerdan a D. Jesús que «las personas solemos clasificar a los demás y ponerles etiquetas sin conocerlas. Antes de llegar a Málaga, unos cofrades de Alcalá (que habían tenido algunos problemas) contaron a algunos cofrades de Málaga que venía un Obispo que estaba en contra de las cofradías. Esa fue la etiqueta con la que llegué y quitarse esa etiqueta no es fácil. Ahora, los cofrades están todos contentísimos, y no sólo por el Centenario de la Agrupación, sino porque me he comportado muy bien con ellos desde la primera Semana Santa hasta ahora. Pasó lo mismo con los feligreses. En el día a día los fieles no tienen oportunidad de encontrarse con el Obispo; te ven en televisión, vestido con los ornamentos, la mitra, el báculo, en una procesión, o en una Misa en la Catedral, y te ven muy lejos. La gente creía que el Obispo que venía era duro, frío, distante, etc. pero yo no soy así, como se puede comprobar. Cuando empecé a hacer la Visita Pastoral a todas las parroquias, los fieles comenzaron a decir que “este no es el Obispo que pensábamos”, porque no me conocían. Yo soy así: cercano, sencillo, tranquilo; no soy polémico, no soy duro, no soy dictador; y soy hermano, o intento serlo, es difícil porque no se puede ser amigo de dos millones de personas. Lo que ha cambiado en los fieles es su percepción de mi persona».

La mitad de su episcopado, como Obispo de Málaga. 

Un tiempo del que, en palabras de D. Jesús, «hay tantas cosas hermosas que destacar». Su respuesta es clara: «para mirar hacia adelante, hay que mirar antes hacia atrás. Al llegar a Málaga, como cualquier párroco a su parroquia, encontré una serie de tareas muy bien hechas que heredé uno y también una serie de cuestiones no resueltas que había que resolver. Cosas importantes como por ejemplo el patrimonio, en el que había mucho buen hecho y conservado y mucho también por hacer: el Seminario se nos caía, la Catedral no tiene techo, muchas parroquias BIC con muchas patologías de construcción y problemas estructurales. Por ello, en el plan patrimonial hemos hecho un esfuerzo con muchos millones de euros de inversión. En cuando al plan pastoral, cuando llegué había unas costumbres pastorales respecto a la catequesis, la juventud, las familias… y eso era bueno; pero los retos de la sociedad eran distintos a los de hacía 20 años, así que me planteé una preparación mucho más profunda y más objetiva para todos los sacramentos (bautismo,  confirmación, comunión, matrimonio) y en eso hemos trabajado pastoralmente. Creo que esos han sido los dos grandes retos: la parte patrimonial, porque no puedes dejar caer edificios de gran valor patrimonial (si hubiera dejado caer el Seminario, hubiera sido muy doloroso, y aún así he recibido críticas) y la dimensión pastoral. 

¿Cómo mira D. Jesús hacia el futuro? 

«Mirando al futuro, como el patrimonio está ya casi rehabilitado, aunque siempre van surgiendo necesidades, ahora debemos insistir mucho en la formación, pues el laico de hoy necesita formarse y hay un déficit muy grande al respecto. Por ello, hemos aconsejado que las personas que tengan que desempeñar cargos: catequistas, hermanos mayores, juntas de hermandades, presidentes de asociaciones, movimientos, etc, que tengan al menos una formación básica orgánica, y para ello tenemos la Escuela Teológica San Manuel Gonzalez, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, y el Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo, que hemos creado con mucho esfuerzo, en el que antes solo estudiaban los seminaristas y, a partir de ahora, cualquier laico puede cursar hasta la licenciatura en Teología Fundamental. Ese es uno de los retos para el futuro; y otro es que, estando bien formados, seamos testigos de Cristo en esta sociedad. Ese es nuestro futuro».

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