El 24 de enero se celebra el segundo aniversario del fallecimiento de Mons. Fernando Sebastián, el primer cardenal español que nombró el papa Francisco. Fue administrador apostólico de la Diócesis de Málaga de 1991 a 1993, época en la que fue presidente fundador de la Fundación Victoria, heredera de la centenaria obra de los colegios diocesanos de Málaga.
En la Misa de primer aniversario de su fallecimiento, el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, daba gracias a Dios «por haber llamado a D. Fernando al ministerio sacerdotal y episcopal, de cuyo magisterio hemos disfrutado; y seguimos disfrutando a través de sus escritos. Nos une hoy a todos los presentes una intención común: dar gracias a Dios por la persona y el ministerio episcopal de D. Fernando Sebastián. Cada uno de nosotros ha vivido una relación personal diversa con él. Pero todos hemos sido enriquecidos por su sabiduría y magisterio, su buen hacer, su cordialidad, su buen humor, su pastoreo y sabio gobierno».
Fue secretario general de la Conferencia Episcopal Española de 1983 a 1988 y vicepresidente de la misma en los periodos de 1993 a 1999 y de 2002 a 2005. Desde 2007, cuando el papa Benedicto XVI aceptó su renuncia al Arzobispado de Pamplona y Tudela, residía en Málaga, donde seguía colaborando con la Diócesis en la formación teológica de laicos y seminaristas en los centros de formación teológico-pastorales de la Diócesis y en el acompañamiento espiritual. Y en Málaga falleció, a los 89 años de edad.
El 1 de noviembre de 1992, siendo Administrador Apostólico, ponía en marcha la Fundación Victoria, plataforma educativa que reunía a los distintos patronatos docentes de la Iglesia de Málaga. Don Fernando Sebastián recordaba este momento en la celebración del XXV aniversario, con las siguientes palabras: «Desde el principio me había preocupado por conocer la situación de las «Escuelas Rurales». Eran una realidad eclesial y evangelizadora importante en la que estaban implicadas muchas personas. Por entonces las leyes del Gobierno comenzaban a marcar pautas y a señalar exigencias. Todo aquello podía quedar comprometido en poco tiempo, era urgente darle una consistencia y asegurar la continuidad de aquel despliegue educativo de la Iglesia, que había hecho tanto bien y que seguía siendo tan valioso. Con la ayuda de Dios se nos ocurrió la idea de la Fundación como titular único de todos los centros que pudieran tener utilidad en el futuro; vender, cambiar, renovar lo que teníamos del mejor modo posible, y de aquel esfuerzo, un poco a tientas, con la ayuda del Señor y de la Virgen María, nació nuestra Fundación actual. Me alegro enormemente de haber sido su instrumento para impulsar esta gran obra educativa y evangelizadora».
En aquellos años como Administrador Apostólico, constituyó la Casa Diocesana de Espiritualidad, fue impulsor de la construcción de la Casa Sacerdotal, residencia de sacerdotes inaugurada en 1994 en parte de los edificios del Palacio Episcopal, e inició la campaña ‘Templos para la Málaga del futuro’, cuyo objetivo era dotar de iglesias a las nuevas zonas de expansión de la Diócesis, tanto en la capital como en otras localidades. Así, puso la primera piedra de templos como San Juan De la Cruz, El Salvador, María Madre de Dios, San Fernando y la Visitación (en la zona de Intelhorce).
Como misionero claretiano, el cardenal Fernando Sebastián mantuvo siempre una estrecha relación con la comunidad claretiana de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Málaga capital, con la que compartía momentos de encuentro y fraternidad. Como Hijo de María, mantuvo siempre una gran devoción a la Madre de Dios.
En los últimos años de vida siguió cultivando su deseo de conocer y dar a conocer más a Jesucristo y a la Iglesia y escribió numerosos libros como “Sembrando la Palabra” (2008), “Evangelizar” (2010), “La fe que nos salva” (2012), “María, madre de Jesús y Madre nuestra” (2013) “Memorias con esperanza” (2016), “Diez cosas que el papa Francisco quiere que sepas sobre la familia” (2016) “Reflexionar con la Amoris Laetitia” (2017) y “La esperanza no defrauda” (2017).
En su autobiografía “Memorias con esperanza” recogía sus vivencias del periodo de la transición democrática en España, y afirmaba: «los que hemos vivido a lo largo de estos años pasados tenemos la obligación de ayudar a los más jóvenes a conocer la compleja realidad de nuestra historia en toda su verdad. En nuestra sociedad hay demasiadas tensiones, demasiados rechazos, demasiadas exclusiones. Los españoles, desde la Ilustración, tenemos necesidad de aprender a convivir, necesitamos aceptarnos unos a otros, tal como somos. Tenemos detrás una gran historia y un gran patrimonio cultural que nos hace ser lo que somos. Tenemos que aprender a aceptarlo con gratitud, sin eximentes».
Asimismo, ha seguido colaborando en diversos medios con artículos sobre la actualidad de la Iglesia, entre los que destaca su columna semanal en la revista Vida Nueva.
En febrero de 2014, ya residiendo en Málaga, fue creado cardenal por el papa Francisco, siendo el primer cardenal español del nuevo pontificado.
Ante la noticia, afirmó sentir «agradecimiento al Santo Padre por este gesto de estima, gratuito, que yo no tengo ningún mérito para recibir, y también quiero agradecerlo al Señor y pedirle la gracia de seguir en su servicio mientras esté en este mundo».
Durante sus últimos años, el cardenal Sebastián concelebró asiduamente la Eucaristía, junto al Obispo de Málaga, Jesús Catalá, en la Catedral de Málaga y en la mayoría de las celebraciones diocesanas. Su persona ha estado siempre disponible para acompañar ejercicios y retiros de religiosos, laicos y sacerdotes, el último, en diciembre de 2018, a la comunidad educativa de la Fundación Victoria.
BREVE BIOGRAFíA
Fernando Sebastián Aguilar (Calatayud, 1929) ingresó en la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María en 1945 y fue ordenado sacerdote en 1953. Hizo estudios de Teología en Roma y en Lovaina, obteniendo el doctorado en 1955. Desde 1956 hasta 1979 centró su actividad en el estudio y la enseñanza de la Teología Dogmática, primero en los centros de la Congregación Claretiana y a partir de 1967 en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, en donde fue Decano de la Facultad y Rector de la Universidad entre 1971 y 1979. En septiembre de 1979 fue consagrado Obispo de León. En 1982 fue elegido Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, permaneciendo en este cargo hasta 1988. En abril de este año fue nombrado Arzobispo Coadjuntor de Granada. Fue Administrador Apostólico de la Diócesis de Málaga de 1991 a 1993. En 1993 fue nombrado Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, sedes de las que es emérito desde julio de 2007. Ha sido también Vicepresidente de la Conferencia Episcopal entre 1993 y 1999, siendo elegido de nuevo para el cargo en el periodo 2002-2005. Ha participado en seis Asambleas del Sínodo de los Obispos. En 2001 la Universidad Pontificia de Salamanca le entregó la Medalla de Oro en reconocimiento a sus servicios como Catedrático, Decano, Rector y Gran Canciller. El papa Francisco lo creó cardenal en el consistorio celebrado en Roma el 22 de febrero de 2014.