La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) organiza el 12 de marzo, a las 18.30 horas, en la residencia de las religiosas de María Inmaculada (calle Victoria) un encuentro en el que varias mujeres compartirán sus experiencias.
Desde 1911 se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer Trabajadora; esta celebración, que es de carácter secular, comenzó como una reivindicación, del derecho de la mujer al trabajo fuera del hogar, a no ser discriminadas laboralmente, a la formación profesional, a poder votar y a ocupar cargos públicos. Se pudo consolidar tras la I Guerra Mundial, en el año 1922, con diversas repercusiones en los diferentes países. El año 1975, la ONU proclamó este día como «Día Internacional de la Mujer», para recoger así otros derechos que las mujeres necesitan que se les reconozcan para alcanzar las igualdad dentro de la sociedad.
La mujer sigue sufriendo discriminación hoy en el mundo: pensemos como las mujeres africanas tienen un alto porcentaje de posibilidades de morir en el parto, en la violencia que sufren en el hogar, en cómo tienen que organizarse para atender el trabajo tanto en la casa como fuera de ella, en el menor sueldo que perciben respecto al varón, en las diferentes formas de exclusión y opresión que viven,…, en medio de estas situaciones, sigue siendo quien en muchos casos sostiene el hogar y las economías de muchos pueblos.
La Iglesia quiere hacer presente esa igualdad entre el hombre y la mujer. Ya los textos del Génesis nos hablan de que varón y mujer son la obra creada y amada de Dios, una sola carne; las mujeres fuertes del Antiguo Testamento (Prov 31), de las que tenemos que aprender tanto: María, Débora, Jael, Sara, Ruth, Abigail, Esther y Judit; o las otras mujeres importantes del AT: Eva, Agar, Rebeca, Raquel, Rahab, Tamar, Ana, Betsabé, Sara la de Tobías, la madre de los macabeos…; o el papel de María Magdalena, a quien se le perdonó y amó; o el María, la virgen la Madre de Dios. La Doctrina Social de la Iglesia reconoce que el genio femenino es necesario en todas las experiencias de la vida social; por ello reclama, de un modo especial que se ha de garantizar la presencia de todas las mujeres en el ámbito laboral, ayudándole a su formación. Reclama que los derechos de las mujeres en este ámbito dependen de cómo se organice el trabajo (Laboren Excersens 19). Y se critica que las diferentes formas de discriminación que viven las mujeres en la esfera del trabajo ofenden a su dignidad y a su vocación como personas en medio del mundo; la D.S.I. denuncia que se la somete, margina, explota y reduce a la esclavitud, olvidando el mandato de Dios de reconocer a la persona como criatura suya. Por ello es imprescindible y urgente que se dé un efectivo reconocimiento de los derechos de las mujeres en el trabajo, especialmente en los aspectos de la retribución salarial, la seguridad y la previsión social (Familiaris consortio 24)
La fiesta del 8 de marzo pretende sensibilizarnos frente al espacio que las mujeres reclaman todavía hoy, una especio de igualdad de derechos, de oportunidades, de trato, de consideración en todos y cada una de las actividades que nos corresponden a los seres humanos: el hogar, el trabajo, la economía, la política, el mundo de la educación, de la sanidad o de la cultura. Aunque no se nombre, hoy en día, la condición de trabajadora, es importante no olvidarnos del hecho de cómo surgió este día y que sigamos reclamando la igualdad merecida para todas.
Seguimos firmemente nuestra misión como Iglesia, al lado de las mujeres trabajadoras que se entregan cada segundo en el nombre de la justicia. Por ello queremos invita a todos a celebrar con nosotros, los movimientos preocupados por la pastoral obrera, el trabajo, la lucha y la dedicación de tantas mujeres por conseguir los justos derechos que les corresponden. El día 12 de marzo a las 18:30 en la Residencia de las religiosas de María Inmaculada (C/ Victoria 72-74, Málaga).
José Luis Fernández Orta
Presidente Diocesano dela HOAC en Málaga