El nuevo delegado de Pastoral de la Salud de la Diócesis de Málaga, José Ignacio Bermúdez, ha participado este viernes en El Espejo de COPE Málaga.
«Hay alternativas terapéuticas para la disminución del dolor y no necesariamente el suicidio asistido en la respuesta mejor a estas situaciones de sufrimiento»
Entre otros temas, como el de la labor de la Iglesia ante la pandemia, este profesional sanitario se ha referido al de la eutanasia y los cuidados paliativos.
Escucha aquí un fragmento de la entrevista realizada en COPE.
Bermúdez está casado, es padre de tres hijos y trabaja como fisioterapeuta en el Hospital Civil. Durante la entrevista ha señalado que los profesionales cristianos están asistiendo «con preocupación el desarrollo legislativo. Es una mala noticia que siga adelante este trámite, como han señalado los obispos en su nota del pasado 14 de septiembre. Yo pienso que este es un debate que se ha ideologizado demasiado. Nos quieren hacer creer que responde a una supuesta demanda social o mayoritaria que, realmente, pienso que no es así. Lo que sí tenemos claro los sanitarios en general y los cristianos en particular es que estamos con la defensa de la vida en todas las etapas de la misma, desde la concepción hasta la muerte natural».
Para el delegado de Pastoral de la Salud, «la dignidad del ser humano no se ve menoscabada por ninguna situación de enfermedad. Es inherente a la persona por el mero hecho de serlo y hay que respetarla hasta el final. Creo que una alternativa sería ofrecer unos buenos cuidados paliativos. Estos cuidados paliativos se han demostrado que son muy útiles en la etapa final de la vida, porque la acompañan en todas las esferas de la persona y suponen una disminución del sufrimiento. Hay alternativas terapéuticas para la disminución del dolor y no necesariamente el suicidio asistido en la respuesta mejor a estas situaciones de sufrimiento y dolor».
El fisioterapeuta malagueño se ha atrevido a hacer un análisis más profundo en el que señala que la propuesta de la eutanasia como solución al problema del dolor «responde a un cierto, permítaseme la expresión, analfabetismo espiritual. El ser humano, actualmente, no cultiva esa esfera espiritual que no necesariamente es religiosa. Espiritual se entiende como sentido vital, como ser capaces de apelar a los valores más profundos de la persona. A lo largo de la vida del ser humano no se está cultivando la espiritualidad y llegamos al momento culminante que es el momento de la muerte, sin saber realmente cómo enfrentarnos a ella, sin tener una estrategia y una forma de desenvolvernos».
Antonio Moreno Ruiz
