
El profesor de la Escuela Teológica San Manuel González Miguel Chacón Vílchez invita a profundizar en el Evangelio de este domingo III de Adviento, Domingo Gaudete, 14 de diciembre.
En nuestro caminar por el Adviento llegamos al domingo “Gaudete”, de la alegría. La Palabra nos anima a permanecer alegres por la próxima venida del Salvador.
Si la esperanza es la virtud propia a cultivar en el Adviento, la alegría debe ser esa otra capacidad que, animada por la fe y la caridad, vivamos los cristianos en nuestro día a día como disposición interna que nos haga percibir el bien en todas las situaciones de la vida.
Hoy Jesús, como hizo con los discípulos del Bautista, nos envía a anunciar sus obras: Él cura nuestras cegueras e indiferencias porque solo pensamos en nosotros mismos; Él repara nuestros pies lentos y cansados a causa de la pereza, que nos paraliza, y la avaricia de acumular bienes, que nos pesan tanto; Él sana nuestras lepras, ya que la envidia va carcomiéndonos poco a poco; Él desinfecta nuestros oídos hartos de chismes y críticas; Él resucita nuestro corazón cargado de riñas y enfados, y Él reparte la Buena Noticia a sus preferidos: los más alejados, indefensos y marginados, llenando sus vidas de esperanza.
Contemplemos hoy la figura de san Juan, el Señor lo alaba y nos lo ofrece como modelo de vida cristiana. Que su testimonio de humildad nos sirva de ejemplo y seamos también nosotros profetas y mensajeros que preparen el terreno a Cristo, que quiere llegar a todos los corazones.

