Guillermo Tejero, sacerdote y profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo del Bautismo del Señor, 7 de enero de 2024.
La contemplación del Bautismo de Jesucristo es una oportunidad para descubrir el grandioso regalo que Dios nos hace con nuestro propio bautismo. Hace brotar de lo más profundo de nuestro corazón una oración de gracias por el don recibido, una oración jubilosa por hacernos hijos de Dios. En el día de nuestro bautismo, el Señor pone en nuestras manos una página en blanco para que, junto a Él, vayamos escribiendo la historia de nuestra propia vida. Una vida marcada por diferentes capítulos, entre los que sobresale el del inicio de nuestra misión. Es el bautismo el que da lugar al comienzo de la misión, a la vez que al inicio de una historia de salvación que Dios quiere redactar cada día con nosotros. Unas páginas que estarán llenas de tachones, de fallos, de fragilidad y de pecado, pero que sin embargo Dios no da por perdidas. Nada hay que no se pueda salvar. Él nos brinda su mano y nos anima a levantarnos y a no dejarnos vencer. En nosotros está el hacer hueco a Jesús, aceptarle como compañero de camino, sostén ante nuestras flaquezas y luz que nos libre de una vida apagada. Y es por medio del bautismo, en el que el Señor nos envía la Gracia de su Espíritu, que somos colmados de ilusión, fortaleza y valentía para vivir desde Él y amar en profundidad a todos los hermanos. La fiesta del Bautismo del Señor es una oportunidad única para renovar nuestro bautismo y nuestra fe; un momento privilegiado en el que tomar conciencia de esa historia de salvación personal, y caer en la cuenta de que Dios está con nosotros, haciendo camino en cada uno de los capítulos de nuestra vida.