El sacerdote diocesano Carlos Acosta, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el Evangelio del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (Lucas 19, 1-10).
Zaqueo, un aprovechado de la gente y bajito, no se siente satisfecho de su vida. Oye hablar de un tal Jesús y va tras su búsqueda. La gente forma barrera y se lo impide por su estatura y él acaba subiéndose a una higuera donde se encuentra con la mirada de Jesús, que además le dice que se va a quedar en su casa. Ese encuentro le da un giro a su existencia, porque la salvación ha llegado a su hogar.
Búsqueda, encuentro y conversión son los momentos por los que pasa Zaqueo, momentos por los que hemos de pasar si queremos convertirnos y encontrar la razón de ser de nuestra vida.
Insatisfecho, como muchos de nosotros, que vivimos inmersos en una realidad que continuamente nos invita a mirarnos a nosotros mismos, a darnos gusto, y con la esperanza casi perdida, el Señor sale a nuestro encuentro para dejarnos mirar por Él y ser acogido en nuestra corazón.
¿Y si Jesús me dice algo importante? ¿Y si acepto que entre en mi casa y ponga orden? Quizás, además de levantar la esperanza, encuentre la paz y la alegría de sentirme hijo amado de Dios y hermano de todos.
Que el Señor nos ayude a ponernos en actitud de búsqueda, a reconocer nuestra estatura y salir de nuestra comodidad y superficialidad, a dejarle entrar en nuestro corazón, para que podamos encontrarnos con Él.