El sacerdote Jesús David Hurtado, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el Evangelio del Domingo III de Adviento, Domingo de la Alegría (Mateo 11, 2-11).
¿Nos escandaliza algo hoy en día, o vemos todo lo que ocurre en el mundo de manera impasible? La indiferencia es el mayor virus de nuestra sociedad actual. Juan el bautista quiere saber quién es Jesús, si realmente es el Mesías que esperaba el pueblo de Israel. Porque le escandaliza pensar que no es el Mesías que él esperaba, hacha en mano, para talar el árbol que no dé buen fruto. Pero los modos de Jesús son distintos a los de Juan, y este último tiene que convencerse que este Mesías viene para dar vista a los ciegos, para que los inválidos caminen, para que los leprosos queden limpios, los sordos oigan y los muertos resuciten. ¡Y dichoso el que no se escandalice de Jesús! El tercer domingo del Adviento está marcado por la alegría. La alegría de estar más cerca de la Navidad, del nacimiento del Hijo de Dios. La alegría de sabernos visitados por un Jesús al que le importan nuestras vidas, nuestras debilidades, nuestra salud (salvación) integral.
Hace nueve años, el papa Francisco nos sorprendía con su carta magna titulada “La alegría del Evangelio”. En ella nos decía: «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría».
La alegría es la mejor vacuna ante el virus de la indiferencia. Déjate llenar de la alegría de Jesús en este domingo. Ya está cerca la Navidad. ¿Estás preparado para recibir la visita de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios que va a nacer?