
La Delegación de Migraciones convoca un nuevo Círculo de Silencio en la capital el próximo miércoles, 10 de septiembre, a las 20.00 h. en la Plaza de la Constitución, y algunos puntos de la provincia se unen a este encuentro de oración y reflexión sobre la realidad migratoria. Por ser en el tiempo de la creación, se tendrá presente la Jornada por el cuidado de la Creación.
Los círculos de silencio de este mes de septiembre en Málaga son:
Alhaurín de la Torre, miércoles 10 a las 20:30 h. Plaza de la Iglesia.
Arriate, miércoles 10 a las 20.00 h.
Churriana, miércoles 10 a las 20:45 h., playa Campo de Golf.
Málaga, miércoles 10 a las 20.00 h. Plaza de la Constitución.
Los Círculos de Silencio están inspirados en la “no violencia” y comienzan en Francia por iniciativa de un sacerdote franciscano francés, Alain J. Richard, para promover la solidaridad con los inmigrantes y que apela a la conciencia de quienes hacen las leyes, de quienes las aplican y de aquellos en cuyo nombre son hechas. «Si no cambiamos nuestras conciencias, no podremos cambiar el mundo. Ésa es la premisa sobre la que gira este encuentro en el que pueden participar creyentes y no creyentes. En él se invita a todos los asistentes a reflexionar u orar durante media hora, en silencio, sobre el drama que están viviendo los emigrantes y refugiados», afirma Ramón Muñoz, miembro del equipo de la Delegación Diocesana de Migraciones. El objetivo no es promover acciones concretas, sino, como explica Muñoz, que cada persona «a raíz de esta reflexión, se sienta interpelada y urgida a actuar en su propio ambiente acogiendo a estas personas, dándole voz, porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. No podemos caer nosotros mismos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo, como nos recordaba el papa Francisco en la bula de convocación del Jubileo de la Misericordia. Nuestra denuncia y nuestra presión pueden hacer cambiar la política de nuestros gobiernos». Y añade: «con este gesto queremos hacer realidad la recomendación que nos hacía el Papa a las diócesis, de que la celebración de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado no se redujera sólo a un hecho puntual. Por eso ponemos en marcha el “Círculo de Silencio” con vocación de perdurabilidad, hasta que los derechos de estos hermanos nuestros sean respetados».