
Los miembros de las Cáritas de los arciprestazgos de Ronda y Serranía se reunieron en la iglesia del Socorro, y en su plaza, para celebrar un acto público de oración y un gesto por la paz.
El acto tuvo lugar el miércoles 22 de octubre a partir de las 19.00 horas y ofreció dos momentos: un primer tiempo de oración en silencio ante el Santísimo, dentro del templo, pidiendo por la paz en el mundo; y la lectura de un manifiesto en la plaza, como expresión pública del deseo de construir una sociedad más justa y fraterna.
Rafael Caro, delegado arciprestal de Cáritas, recordaba que «rezar por la paz sigue siendo un deber cristiano, porque la paz comienza en el corazón de cada uno y se contagia desde ahí». Además, insistía en que «los cristianos tenemos la responsabilidad de promoverla, luchar por ella y denunciar todo aquello que la obstaculiza».
En el manifiesto, declararon:
«Como cristianos y cristianas, levantemos la voz contra todo tipo de guerra porque nuestro mundo, nuestra casa común sigue herida. A pesar de los avances, a pesar del desarrollo de la técnica y de la ciencia, a pesar de muchos esfuerzos… seguimos inmersos en un mundo en conflicto.
No aprendemos: la violencia no es el camino, la violencia no consigue nada, solo destruye y daña. Un mundo lleno de violencia: Etiopía, Yemen, Siria, Haití, Afganistán, Ucrania, Palestina…por nombrar algunas. Guerra, siempre guerra. Y no solo esto, también el acoso, el bullying, el racismo, la violencia de género; y nuestras peleas, nuestros insultos, nuestra agresividad… Parece que nos hemos acostumbrado a la violencia. Jesús nos ha saludado con la Paz. Ha llamado felices a los que trabajan por la paz. Con Él hemos descubierto que LA VOCACIÓN DEL MUNDO ES LA PAZ, un mundo en el que todos somos amigos y hermanos.
Hoy queremos pedirle que esa Paz sea una realidad; que cese la guerra, cualquier tipo de guerra, en todos los lugares donde hay conflictos. Y también queremos que nuestra voz sea compromiso: No queremos vivir en la violencia, queremos la paz que se construya en el diálogo y la tolerancia. No queremos aceptar la venganza como forma de arreglar las cosas, queremos acoger el perdón. No queremos vivir en egoísmo; queremos ser solidarios. No queremos que nos dirija la envidia, sino el amor.
Denunciamos los gestos agresivos, el racismo, la discriminación, la intolerancia, el acoso escolar y todos los acosos, la trata de personas, los abusos, la explotación de cualquier tipo, la violencia sobre cualquier persona.
Hoy queremos ser nosotros PAZ, reivindicar la Paz, construir un mundo en Paz. Que este momento de silencio sea una voz unánime clara y rotunda contra la guerra, contra todo tipo de guerra. ¡¡NO A LA GUERRA!!».
Este gesto tenía también como objetivo ofrecer una oportunidad a la comunidad de Cáritas en la Serranía para que uniera en oración y testimonio, mostrando que la paz no es solo un deseo, sino una tarea compartida, y así fue.

