Las parroquias de Nuestra Señora del Rosario y San León Magno, en Canillas de Aceituno; San Andrés, en Sedella; y Santa Ana, en Salares, recibieron al Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, el domingo 30 de mayo. Una jornada “agotadora pero gratificante” dentro de la Visita Pastoral que viene realizando en el arciprestazgo Axarquía Interior.
La visita a los tres pueblos se centralizó en un mismo «debido a la delicada situación de pandemia», explica el párroco, Rubén Montoya, quien añade que fue «un día soleado, con una temperatura muy agradable.
Canillas de Aceituno
La llegada del Obispo se produjo a las 11.00 horas de la mañana, a la parroquia de Ntra. Sra. del Rosario y San León Magno de Canillas de Aceituno. Fue recibido, en el templo, por el alcalde la localidad, Vicente Campos González, una catequista del pueblo, Belén, y yo mismo. Después de un tiempo de oración ante el Santísimo, se sentó en el confesonario, al que se acercaron los fieles hasta la hora de la Misa, a las 12.00 horas. Tras la celebración litúrgica, D. Jesús mantuvo un buen rato de conversación con todos los fieles que se quisieron quedar; y a las 14.00 horas compartimos con él la comida, en un conocido restaurante del pueblo, donde todos pudimos disfrutar del producto estrella de la zona, el chivo asado».
Salares
Alrededor de las 16.00 horas, se encaminaron a Salares, el pueblo más alejado, en el que también fueron recibidos «por el alcalde de la localidad, D. Pablo Crespillo Fernández, varios concejales y algunos fieles», explica el párroco. Tras un tiempo de oración ante el Santísimo, acompañado de los parroquianos, se sentó a confesar a quienes así lo desearon. A las 17.00 horas celebraron la Misa, «en la que cantaron Francisco Carpena y su hermana y, al terminar, se acercó a los fieles para conversar con ellos y bendecir a los niños que estaban presentes. El alcalde de la localidad pronunció unas palabras de agradecimiento y le entregó una placa conmemorativa de recuerdo», añade Rubén Montoya.
Antes de continuar el camino hacia Sedella, D. Jesús, invitado por el párroco, fue a visitar a dos enfermos de la localidad, «los cuales se quedaron sorprendidos y agradecidos por su presencia», destaca Rubén.
Sedella
La última parada de la jornada fue en la parroquia de Sedella, a la que llegaron a las 19.00 horas. También el alcalde de la localidad, D. Francisco Abolafio Rodríguez, los esperaba para recibirlos, junto a otros concejales.
Los fieles, a la puerta del templo parroquial, lo recibieron cantándole el himno de la parroquia, lo que dio un carácter muy alegre a la visita. Tras la adoración al Santísimo y las confesiones, el pastor de la diócesis mantuvo una agradable conversación con los parroquiano.
En definitiva, «fue un día muy agotador, pero gratificante tanto para el Obispo como para todos los fieles que pudieron compartir con él a lo largo de todo el día», concluye el párroco Rubén Montoya.