¿Por qué la Iglesia invita a hacer ayuno en Cuaresma? Lo cuenta el delegado de diocesano de Medios de Comunicación de Málaga, Rafael Pérez Pallarés.
El ayuno es una práctica vinculada no solo a dietas sino también a la experiencia religiosa. En un rápido análisis del hecho religioso descubrimos cómo las diferentes tradiciones han asumido el ayuno como práctica habitual para forzar o reforzar, para interiorizar o expresar, para asumir o evidenciar, el vínculo con la Trascendencia. Por tanto, el ayuno, desde el ámbito religioso, desvinculado del encuentro con la Trascendencia, carecería de sentido, salvo que pretendamos adelgazar o mejorar la salud. No es el caso que ocupa; la propuesta de ayunar en Cuaresma está vinculada directamente a la experiencia de transformación, de cambio, de conversión. El ayuno, unido a la misericordia y al amor, supone un ejercicio cuaresmal intenso que expresa la capacidad que tenemos para doblegar el ego, la determinación de ayunar de lo que nos separa del Señor, la decisión de asumir la voluntad de Dios en la vida del creyente.