El Centro Gerontológico “Buen Samaritano” de Cáritas Diocesana acoge en la actualidad a once sacerdotes mayores. A pesar de sus muchos años, no tiran la toalla y continúan con su labor apostólica en la medida en que su salud se lo permite.
«¿Quejarme por estar enfermo? ¡Nunca! yo le doy gracias a Dios por todo. Como dice Job, tenemos que dar gracias por lo bueno y por lo malo. Digo “malo”, porque a nosotros nos parece malo, porque el único que sabe lo que es bueno y lo que no, es Dios». Estas sabias palabras pertenecen a D. Amalio Horrillo, sacerdote malagueño residente en el Buen Samaritano. Un centro en el que, junto a otras casi 150 personas mayores, viven once miembros del clero. Junto a Horrillo, que tiene 90 años, D. José Mª Ortega (93), D. José Pulido y D. José Miranda (89), D. Atanasio Martínez (87), D. Fernando Gil y D. Diego Ortega (85), D. Sebastián Díaz (80), D. Manuel Torres (77), D. Juan Miguel González (73) y D. Manuel Bermúdez (72).
Algunos de ellos conservan perfectamente sus facultades y reciben a personas que necesitan conversar, confesarse o simplemente recibir alguno de los sabios consejos que estos espíritus privilegiados aún saben dar acertadamente.
Como señala D. José Miranda, «a los curas que le tienen miedo a la vejez, les diría que busquen lo que pueden hacer ahora: leer más, (yo ahora tengo el tiempo que antes me faltaba para hacerlo) y que valoren lo bueno que hay en todas partes». A D. José vienen a verlo a menudo su familia y gente de las parroquias por las que ha pasado a quienes sigue llevando la dirección espiritual.
«Lo importante es no perder el vínculo con la gente de tus parroquias –señala D. Juan Miguel González–. Gente a la que has querido y te han querido tanto. Es muy bonito que vengan a verte. Aquí podéis venir siempre que queráis. Pero de uno en uno, eh, que si no, también nos agobiamos». D. José Pulido coincide: «Viene muy bien que vengan a vernos. Escuchar es fácil y podemos atenderlos tranquilamente».
D. Manuel Bermúdez, se suma al ofrecimiento y concluye recordando que «aquí estamos muy a gusto, rodeados de compañeros y de gente que necesita mucho cariño».
Antonio Moreno