«Aprendo de los hombres igual que ellos de nosotras»

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

«La mujer tiene una especial sensibilidad para las cosas de Dios, para ayudarnos a comprender su misericordia, su ternura y su amor», ha dicho el papa Francisco. En el Día Internacional de la Mujer, las profesoras del Instituto Superior de Ciencias Religiosas «San Pablo» responden a preguntas como: ¿Cuál es el papel de la mujer en la Iglesia de hoy? ¿Qué aporta una mujer a la formación teológica? ¿Cuál es su modelo de mujer en la Iglesia?

La Virgen María, santa Teresa, santa Lidia o sus propias madres son los modelos de mujer en los que se inspiran las profesoras del Instituto Superior de Ciencias Religiosas «San Pablo». Todas comparten las palabras del papa Francisco cuando dice que «las mujeres ven las cosas de modo diferente, y plantean preguntas diferentes, más profundas».

«Tener mujeres profesoras garantiza una visión diferente». Mariana Alonso, profesora de Teoría e Historia de la Educación

Yo no haría distinción entre hombre y mujer dentro de la Iglesia, todos somos parte de ella. Cualquier cristiano comprometido tiene un papel importante dentro de la Iglesia y tenemos que desarrollar nuestra vocación, bien sea sacerdotal, en el matrimonio, etc. Tenemos que avanzar en contra de la exclusión por cualquier motivo, bien sea por ser mujer, niño o anciano. Como dice el papa Francisco, debemos evitar la cultura del descarte e incluir a todos los colectivos. Tener mujeres profesoras es fundamental para garantizar una visión diferente. Tiene que haber mujeres porque formamos parte de la vida. En cuanto a mi modelo de mujer, es mi madre. Ella me trasmitió el conocimiento de la fe, la solidaridad y la fortaleza. Para mí es uno de esos santos anónimos que tenemos en nuestra vida. Ella tiene a Dios en su vida y ha sabido trasmitirlo a los hijos.

«No creo que se trate de una cuestión de cupos». Ana Mª Medina, profesora de Medios de Comunicación Social

La mujer está llamada a hacer visible el rostro maternal de la Iglesia, ¡algo muy importante! Una Iglesia que cuida, acoge, ama y ayuda a crecer a sus miembros. No me gusta hablar de la mujer en estos puestos o en otros, porque la Iglesia no es estructura de poder sino comunidad de servicio, y ahí, sin la mujer, poco se podría hacer. No creo que se trate de una cuestión de cupos entre géneros. Nos queda mucho por conquistar en todos los terrenos: mucho por aprender de Dios, que es eternamente misericordioso, como no se cansa de repetir el Papa, y mucho por aprender a salir de nosotros mismos para servir al otro.

«Todavía queda mucho terrero por conquistar». Mariela Martínez Higueras, profesora de Sagrada Escritura

Hoy, en los grandes servicios eclesiales, la presencia de la mujer es mayoritaria: catequesis, liturgia, Cáritas. No obstante, todavía queda mucho terreno por conquistar, como ha dicho el papa Francisco. La mujer apenas está presente en los ámbitos de decisión eclesial que en la mayoría de las ocasiones están vinculados al sacramento del Orden; también somos pocas mujeres en el mundo de la reflexión teológica. Hoy en día son cada vez más laicos o religiosas los que se preocupan de formarse teológicamente para «dar solidez de la enseñanza recibida»(Lc 1,4). Solo desde una buena formación, hombre o mujer pueden aportar ideas, pensamiento, pasión y praxis al mundo de la Teología.

«Lo tengo claro: nunca he querido ser sacerdote». María Cobos Navidad, Profesora de Metafísica, Filosofía del Conocimiento y Seminario Metodológico

Ya el papa san Juan Pablo II, en Fides et Ratio, llamó la atención a todos los cristianos sobre la necesidad de amueblar bien la cabeza. Es necesaria la fundamentación filosófica para poder dar razones de nuestra fe, por ello disfruto mucho del estudio de la Teología. Yo tengo muy clara mi vocación, nunca he querido ser sacerdote, ni me siento con menos privilegios que ellos. Lo que tenemos que hacer 
es trabajar sabiendo que somos complementos unos de otros. La psicología femenina es distinta y por ello aportamos nuestra manera de ser. Cualquier estudiante de teología tiene que estar en el mundo y compartir la vida con las personas que le rodean. Yo aprendo de los hombres al igual que ellos aprenden de nosotras, creo que es un complemento muy bueno. Como decía María Zambrano, la mujer tiene una visión más intuitiva y de corazón pero sin perder de vista la razón, por ello habla de razón poética.

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