Necesita cuatro meses para recorrer completa la misión encomendada en Zimbabwe. Antonio Llamas, sacerdote misionero claretiano, es malagueño y hace 14 años que recibió la ordenación sacerdotal.
Desde entonces y hasta ahora ha desarrollado su tarea en Argentina, Chicago y actualmente en Zimbabwe. Un país que ha sido el granero de África y que se ha convertido en el país con la inflación más alta del mundo y de la historia del capitalismo, entrando a formar parte del “club de la miseria”, como afirma Antonio que esta semana está disfrutando de unos días de descanso con su familia.
En Zimbabwe, un país con un 10% de católicos, donde la Iglesia Católica se autofinancia, desarrollan su tarea con otros seis misioneros claretianos, uno de ellos también malagueño. Están trabajando en tres parroquias. Dos son rurales y están formadas por 120 comunidades. La extensión es tal que un sacerdote necesitaría 4 meses para recorrer todas las comunidades.