Diez familias -130 personas, entre adultos, jóvenes y niños- están participando esta semana en las vacaciones formativas que organiza la Acción Católica General de Madrid. El encuentro tiene lugar en la Casa Diocesana, donde los asistentes comparten varias horas de formación, oración y convivencia.
La Casa Diocesana de Espiritualidad Beato Manuel González acoge por tercer año consecutivo este curso que organiza la Acción Católica General de la Archidiócesis de Madrid. Desde el viernes 22 de agosto, una decena de familias y un grupo de jóvenes procedentes de distintos lugares de la capital de España se han encontrado dispuestos a compartir siete días de clases, oración y momentos de ocio.
José Ramón García Herrero es el presidente diocesano de la Acción Católica General de Madrid. Profesor de música, ha venido a Málaga acompañado por su mujer y por sus tres hijos. «No sé si el nombre de este encuentro –’Vacaciones Formativas’- es o no el más adecuado. Pero realmente estamos disfrutando de un tiempo de descanso, en el que podemos charlar con personas que piensan como nosotros y están en la misma onda».
Dos de los hijos de José Ramón, ya jóvenes, forman parte del equipo de monitores que cuida a los niños más pequeños mientras sus padres acuden a clases por las mañanas. «Este año tenemos aquí niños de todas las edades», explica satisfecho José Ramón. «La bebé más pequeña que ha venido con sus padres nació el día 3 de agosto, y luego tenemos también niños de tres, cuatro, cinco años… Y un grupo de adolescentes que ya han cumplido 16».
De esta forma, mientras los padres asisten a clases, los niños participan en catequesis, tienen sus ratos de oración, disfrutan de la piscina y se divierten con juegos. «Se lo pasan como los indios», resume el presidente de la Acción Católica.
Pero no solo han asistido matrimonios al encuentro: «También se han sumado un buen número de jóvenes de entre 20 y 35 años, universitarios, gente que busca su primer trabajo, jóvenes profesionales e incluso parejas de novios que en los próximos meses van a contraer matrimonio».
Durante la tarde, el grupo disfruta de tiempo libre para hacer pequeñas excursiones desde la Casa Diocesana a sitios como la playa o el Jardín Botánico de la Concepción, que algunos visitaron esta semana.
Doctrina y liturgia
«Lo más bonito es que sé mis hijos están perfectamente atendidos mientras yo estoy en alguno de los cursos que me ofrecen», aclara José Ramón. Tres profesores, dos sacerdotes y un psicólogo laico, se están encargando durante esta semana de ofrecer la formación a los adultos. José Ramón explica que este año se están impartiendo dos grandes materias. Una, la psicología familiar, aborda los problemas más comunes con hijos adolescentes y la educación general de los niños. Otro, la doctrina cristiana: «En esta última estamos abordando el juicio final, hablamos sobre el cielo, el purgatorio, el infierno… Y además, estamos recibiendo un curso de liturgia. Un sacerdote experto de Madrid nos está explicando la simbología de la misa, el sentido de la consagración y la simbología de los gestos durante la Eucaristía», detalla José Ramón.
García Herrero explica el motivo por el que empezaron a organizarse, hace cinco años, estas vacaciones formativas de la Acción Católica, que antes de llegar a Málaga se celebraron durante dos años en Carrión de los Condes (Palencia): «Para los matrimonios, es muy difícil compaginar los tres objetivos que nos marcamos aquí: ratos de formación, ratos de convivencia y ratos de oración. ¿Cómo buscar un lugar donde se puedan cubrir estas tres cosas? Así se fue diseñando y tomando cuerpo esta semana».
Militantes con espíritu de servicio
José Ramón entiende que estos cursos son muy necesarios y adecuados para los miembros de la Acción Católica, militantes laicos al servicio de la Iglesia y puntualiza: «Este curso es para formación personal y para acercarnos más al Señor, no para ser más eruditos, sino para que todo esto sirva a nuestra vida diaria».
García subraya que el servicio de los militantes de la Acción Católica está en el seno de las parroquias: «Vamos donde nuestros párrocos nos puedan necesitar más: Cáritas, enfermos, familias, cultura… La Acción Católica trabaja en todos los campos en los que se les requiere. Intentamos ser laicos militantes comprometidos con un espíritu de servicio».
José Ramón aclara, además, que cada año se va cambiando la temática de los cursos para enriquecer al alumnado: «El año pasado se ofreció un curso de mariología, sobre la Virgen María. Lo que siempre se busca es que sean temas atractivos».
Acción Católica ofrece a partir de septiembre más actividades de formación y ejercicios espirituales para sus miembros. «Por eso –explica José Ramón- luego podemos repasar la bibliografía y los libros que vemos aquí durante el curso».
Un curso abierto
El presidente de la Acción Católica General insiste en el carácter abierto del curso, en el que no todos los participantes forman parte de la asociación religiosa: «Ésta es una actividad abierta completamente, no solo a la Diócesis de Madrid, sino a toda España. Cualquier persona que quiera venir está invitada a hacerlo. Sin ir más lejos, desde hace dos años viene un matrimonio de Nerja que se acerca todos los días a compartir con nosotros las jornadas».
Sobre la estancia del amplio grupo en la Casa Diocesana, José Ramón afirma: «Es un sitio muy adecuado. La Casa va a quedar genial después de las obras. Será un lugar fenomenal de acogida para grupos que quieran hacer sus convivencias».
El presidente de la Acción Católica reconoce que ya están pensando en el próximo encuentro, que tendrá lugar en el verano de 2015. Por eso, invita a las familias cristianas a sumarse a estas vacaciones: «Antes del mes de mayo ya empezamos a fijar las condiciones, las fechas…La gente que se quiera apuntar puede hacerlo. Estaremos encantados de que vengan».
Más información sobre Acción Católica en su web http://accioncatolica.archimadrid.es/
Ana Oñate