En la ciudad de Baeza, el Martes Santo está indisolublemente unido al Miserere, compuesto por Hilarión Eslava en la primera mitad del siglo XIX, dedicado a la S.I. Catedral de Baeza. Y ayer, Martes Santo, se volvió a cumplir con la tradición.
El maestro Martín Morales dirigió a la Coral Baezana, a la Orquesta Sinfónica y al grupo de niños que mantienen viva la tradición de cantar el Salmo 50 de David, en el que el rey hebreo hace acto de contrición, y al que se unen las voces de los baezanos, que llevan impreso en su ADN esta obra sacra de arraigo y tradición en estas fechas.
En esta ocasión, el Miserere contó con la presencia del Obispo de la Diócesis, Don Amadeo Rodríguez Magro, quien presidió el acto acompañado de la alcaldesa de Baeza, Dª Lola Marín; del Presidente de la Diputación Provincial, D. Francisco Reyes; y del Vicario General y Deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas.
El Prelado jiennense mostró una vez más su gratitud con la ciudad de Baeza y sus gentes por su cariño y acogida siempre que la visita, a la vez que reflexionó sobre lo que significa para los baezanos y la Iglesia la interpretación del Miserere en el altar mayor de la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora. Pero también Don Amadeo quiso hacerse eco de la noticia de las explosiones registradas minutos antes en la localidad alemana de Dortmund, antes del inicio de un evento deportivo. En este sentido, el Obispo de Jaén quiso unirse al dolor de los afectados y de sus familias y mostró su rechazo y repulsa por todo tipo de violencia que se ejerza contra el ser humano.
Sin duda, la excelsa interpretación de esta obra sacra es uno de los acontecimientos más relevantes y con más arraigo y tradición en la Semana Santa de la Diócesis de Santo Reino.