Dentro de este año de la Misericordia, que el Señor nos ha regalado a través de la iniciativa del Papa Francisco, desde la Parroquia de Nuestra Señora de la Expectación de Cabra del Santo Cristo, decidimos en el Consejo Pastoral tener unas Misiones sobre la Misericordia para todo el pueblo,en el tiempo de Cuaresma. Para ello nos pusimos en marcha, depositando una gran ilusión en este proyecto misionero. Por esta motivación, queríamos que el templo abriese sus puertas para convertirnos en una Iglesia en salida, una Iglesia que desea llegar y hacer llegar la buena noticia de Jesucristo al último vecino de este pueblo.
Hoy, aquel proyecto de sembrar las calles de Cabra del Santo Cristo de la Misericordia de Dios, es una realidad. Para ello, el pueblo se ha dividido en cinco sectores y en cada sector hay tanto un grupo de tres monitores que cada semana de cuaresma ofrecen la catequesis, como una familia que abre su casa a los vecinos para dicho encuentro.
Para preparar el temario, vimos conveniente que la fuente de la que debíamos beber era la Sagrada Escritura: la Palabra de Dios, en la que se nos muestra, revela y dona el amor y la misericordia de Dios. Por ello, es la Palabra de Dios la que en cada asamblea preside el encuentro. Del centro de la sala al centro de los corazones y vidas de cada uno de los que acuden.
Antes del inicio de esta Semana Misionera de la Misericordia, se tuvo el envío de los quince misioneros de la misericordia en la celebración de la Eucaristía del primer domingo de Cuaresma. En nombre de la Iglesia,cada uno de ellos era enviado, poniendosus vidas, sus temores e ilusiones en el corazón misericordioso del Santo Cristo de Burgos y el corazón inmaculado de la Madre de la Misericordia, Nuestra Señora de la Expectación. Cada uno de ellos lo está viviendo con gran fe y disponibilidad, para así ser instrumento del Señor y llenar los corazones de quienes les son confiados.
La primera semana ha pasado y damos gracias a Dios por la acogida que estas asambleas han tenido entre los vecinos. Pedimos que el Señor, en su inmensa bondad y misericordia, sostenga la vida de estos monitores y de quienes se acercan para encontrarse con Aquel, que como decía Santa Teresa, sabemos que nos ama. Que el Señor bendiga esta misión y nos ayude a seguir profundizando en este Año de la Misericordia.