En el marco de las actividades programadas por la Hermandad de San José, con motivo de la celebración del 75 aniversario de la «veneración y adoración de San José», el pasado 24 de mayo tuvo lugar la charla-coloquio «San José y el trabajo como valor humano», en la que fueron ponentes los responsables diocesanos de la HOAC Isabel Mateos y José Ignacio Gámez.
Tras una cálida presentación realizada por el párroco de San José, D. José María Romero, que contextualizó la celebración del acto y la relación y experiencia de los ponentes con el tema de la charla, al ser ambos miembros del Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, pasaron éstos a desarrollar su exposición, en la que, apoyándose en la Doctrina Social de la Iglesia, comunicaron a los asistentes el sentido y valor que para la Iglesia tiene el trabajo humano como elemento fundamental para el desarrollo integral de la persona, ya que, como dice el papa Francisco, «los hombres y las mujeres se nutren del trabajo … el trabajo es fuente de dignidad» además de suponer una colaboración estrecha en la Creación. También, en palabras del papa Francisco «… el trabajo precario es una herida abierta para muchos trabajadores, que viven con el temor de perder sus trabajos. … Esto es inmoral. Esto mata: mata la dignidad, mata la salud, mata a la familia, mata a la sociedad.»
Llegados a este punto, se hizo la presentación de la iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente» que impulsan en nuestra diócesis Caritas, la CONFER y la HOAC, con el fin defavorecer la sensibilización, el hacer visible y denunciar una cuestión central en la sociedad y esencial para la vida de millones de personas: la importancia del trabajo humano y anunciar el concepto de trabajo decente. Entendiendo que crear un entorno que favorezca el trabajo decente es esencial para enfrentar la injusticia social y la desigualdad, reforzando al mismo tiempo la dignidad humana y contribuyendo al bien común.
En el animado coloquio desarrollado tras las exposiciones, se puso de manifiesto que toda la comunidad cristiana estamos llamados a hacer visible y denunciar, a través de todos los medios a nuestro alcance, la situación de desigualdad en el acceso al trabajo decente y la negación de dignidad, como hijos de Dios, que esto supone. Todos y todas podemos hacer algo desde nuestras organizaciones, nuestros barrios, nuestras parroquias, nuestras hermandades… Tenemos que sumar esfuerzos por un trabajo decente.