Palabras del Obispo Amadeo en la Eucaristía de acción de gracias por los XXV años de ministerio del Obispo Ramón

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

Querido hermano Ramón:

Para que estas palabras que te dirijo, en este día de Acción de gracias, en nombre de la comunidad diocesana de Jaén, en el que has venido a celebrar con nosotros el 25 aniversario de tu ordenación episcopal, sean lo más certeras y adecuadas, me he ido al DIERCTORIO PARA EL MINISTERIO PASTORAL DE LOS OBISPOS para evocar, de un modo exacto y esencial, lo que sucedió en ese día tan definitivo de tu vida. En él he encontrado, con exactitud teológica, lo que desde entonces eres para nosotros. Por supuesto, no quiero dejar de lado, la experiencia de once años vivida en esta comunidad diocesana, la que ha ido creando lazos de afecto y gratitud por cuanto hiciste y sigues haciendo por nosotros; eso no falta y es lo que nos ha convocado esta mañana. Pero como no siempre tenemos la oportunidad de vivir acontecimientos como este, queremos, sobre todo, evocar lo que ha significado la vida de Don Ramón en la voluntad del Señor y en el servicio que le fue encomendado, y que ahora realiza como Obispo emérito.

Dice el DIRECTORIO citado; el obispo, al reflexionar sobre sí mismo y sobre sus funciones, debe tener presente, como centro para describir su identidad y su misión, el misterio de Cristo y las características que el Señor quiso para su Iglesia, “Pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El obispo es vicario del gran Pastor de las ovejas. Como maestro de la fe, santificador y guía espiritual, el obispo sabe que puede contar con una especial gracia de Dios que le ha sido conferida en la ordenación, para sostenerle en su ser y en su misión. Tal gracia le sostiene en su gastamiento por el Reino de Dios”. (cf. Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos).

Pues hoy te digo, querido Ramón, que, por lo que he ido recogiendo en estos años de sucesión ministerial, tú has plasmado esa imagen, tan justa y certera teológicamente, en el ministerio episcopal. Si hoy se expresara cada uno de los que están aquí, estoy seguro de que todos coincidirían conmigo. Te puedo decir, con la total neutralidad de quien recogió el eco de tu ministerio episcopal, que lo que le acabo de decir refleja la imagen que todos tienen de ti.

Como todo los que estamos hoy a tu lado, en presencia o en deseo, somos conscientes de que eres nuestro Obispo emérito, (también me he ido al capítulo que en el Directorio habla de esta figura episcopal). El envío de la Iglesia, a través del Santo Padre, te unió para siempre con un vínculo sacramental y eclesial en la sucesión apostólica de esta Iglesia de Jaén, desde entonces  eres un querido y venerado jiennense más.

En este capítulo del Directorio se habla de relación fraterna, cooperación pastoral y sostenimiento personal y ministerial del que siempre tendrá misión entre nosotros. Al entrar en ese capítulo, he pensado en nosotros (tu obispo sucesor, presbiterio, diáconos, consagrados y fieles laicos) y me he preguntado si estamos haciendo lo que tenemos que hacer, si hemos estado a la altura de lo que está establecido y de lo que tú te mereces. Si algo no hemos hecho bien, te pido disculpas y te digo que siempre hemos procurado estar atentos a tu persona y a todas tus necesidades.

Sobre todo, me he preguntado si te hemos hecho sentir, en el latido humano y espiritual que nos une, nuestro afecto y nuestra oración. Ambas cosas nos han traído hoy aquí, para celebrar contigo esta Eucaristía de Acción de Gracias. En nuestros vínculos humanos y espirituales, el amor y la gratitud siempre proceden del corazón de Dios, como un don para una vida en comunión, como es la vida de la Iglesia. Lo que nosotros hoy sentimos por ti, te lo ofrecemos para que, si te parece bien, lo hagas ofrenda en este altar por esta tu Iglesia diocesana de Jaén. Un abrazo fraterno en nombre de todos.

 

+ Amadeo Rodríguez Magro
Obispo de Jaén

 

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