Como cada primer jueves de mes, el Seminario diocesano, ha celebrado una oración para pedirle al Señor que despierte en los corazones de los jóvenes el deseo de seguirle en el sacerdocio.
En este mes de Mayo, no podíamos poner nuestra mirada en nadie mejor que en María, Madre de los sacerdotes. La Iglesia, siempre escogió, el mes más hermoso de la primavera para dedicárselo por entero a aquella que es por excelencia “la toda hermosa”.
En esta ocasión nos han acompañadoun grupo de jóvenes de las Hermandades del “Gran Poder” y “Caridad y Salud”, de la capital. En todo momento mostraron su cercanía y agradecimiento, quedando con ganas de volver en los próximos encuentros.
Durante la oración estuvimos meditando sobre el «SÍ» generoso de la Virgen María. Al igual que a ella, Dios nos sorprende siempre, rompe nuestros esquemas, cambia nuestros proyectos, y nos dice: «Fíate de mí, no tengas miedo, déjate sorprender, sal de ti mismo y sígueme». Cada día es una oportunidad para que nosotros también pronunciemos un «SÍ» lleno de amor a Dios, en las pequeñas y grandes cosas. Dios puede hacer maravillas a través de nosotros, como lo hizo en María.
Finalizamos nuestro encuentro compartiendo la cena y la amistad, creando fuertes lazos de fraternidad.
Como siempre, quedáis todos invitados a la próxima Oración Vocacional que se celebrará el día 1 de Junio en el Seminario. ¡Contamos vosotros!
