Oración vocacional de junio 2013 en la Parroquia de San Félix de Valois de Jaén

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

«Danos un corazón grande para amar».

«El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.». Con estas palabras del Evangelio de Marcos del pasado jueves, día 6 de junio, comenzábamos la última oración vocacional de este curso, y en esta ocasión en la Parroquia de San Felix de Valois de Jaén. Los seminaristas mayores y una gran mayoría de miembros de esta parroquia quisimos unirnos para rezar de nuevo por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, tan necesitadas en el mundo, y especialmente en nuestra Diócesis.

La oración comenzó a las 20:30h con la Santa Eucaristía, presidida por el Rector del Seminario, D. Carmelo Zamora y concelebrada por el Párroco de S. Felix, D. Santos Lorente, y por otros sacerdotes adscritos a esta parroquia. El párroco en el inicio de la Eucaristía nos dio la bienvenida a todos y afirmó que era muy necesario este tipo de oraciones en todas las parroquias. Tras la proclamación de la Palabra de Dios, el Diácono D. Antonio Lozano, en su homilía, destacó los puntos principales de un buen cristiano, sobre todo la el Amor hacia los demás. Después de la Eucaristía, se expuso el Santísimo Sacramento para la posterior oración por las vocaciones.

La oración, iniciada con un canto eucarístico, nos hacía ver a todos los presentes que en Jesús es donde debemos apoyarnos, Él tiene que ser el pilar de nuestras vidas. Las palabras del Evangelista Mateo (Mt 11, 25-30) nos introducían en el ambiente de oración adecuado. Tras unas dinámicas rezamos todos juntos una oración al Sagrado Corazón de Jesús pidiéndole que nos abra nuestros corazones para cumplir su voluntad. A continuación, todos rezamos un Salmo a dos coros. Finalmente, se rezó el Padrenuestro y el Diácono reservó el Santísimo Sacramento; por último, el Rector del Seminario Mayor dio las gracias a la comunidad parroquial por haber estado en la oración y por haber rezado por las vocaciones. Antes de terminar, la comunidad parroquial nos invitó a tomar un ágape todos juntos.

De nuevo, la comunidad del Seminario agradece de corazón a todos los que habéis estado presente en todas la oraciones vocacionales de este curso, no sólo es deber de un sacerdote fomentar las vocaciones, sino que es deber de cualquier cristiano ir en busca de aquello tan necesario en nuestra Iglesia actual. Seguro, que si seguimos escuchando a Jesús y lo anunciamos a los demás, Él hará que muchos jóvenes tengan el corazón abierto para dar un sí a las vocaciones más grandes y difíciles. Muchas gracias.

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