El pasado sábado, 25 de marzo la Iglesia celebraba la Jornada por la Vida que, en esta ocasión, tenía por lema «Contigo por la vida, siempre», una invitación a acompañar cada vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural, teniendo especial solicitud en aquellas situaciones en las que la vida es más vulnerable, como nos recordaba el mensaje de los obispos españoles.
Con ese motivo, la Delegación Diocesana de Familia y Vida, además de difundir los materiales de la Conferencia Episcopal Española a las parroquias de nuestra Diócesis, convocó una “Hora Santa por la Vida” preparada y coordinada por Proyecto Raquel Jaén, que se celebró en la parroquia de San Eufrasio de Jaén capital.
Ante los pies de María Santísima de la Encarnación, titular del grupo parroquial “Sentencia y Encarnación”, un amplio grupo de fieles se dispusieron a rezar ante Jesús Sacramentado para orar por la vida y pedir su protección para el Proyecto Raquel, en el día que se celebraba el noveno aniversario de la implantación en nuestra diócesis de este servicio de acompañamiento a personas heridas por un aborto procurado.
Ante el Santísimo, expuesto por el párroco, D. Rogelio Garrido Checa, fue proclamado el pasaje evangélico de san Juan 6,51-58, sobre el que se realizó la meditación de la Palabra y ofreciéndose, posteriormente, algunos textos de la carta encíclica “Evangelium Vitae” del San Juan Pablo II.
En el trascurso de dicha hora santa se ofreció una vela encendida, representando a todos aquellos que no se les ha dejado nacer y cuyas sus vidas fueron arrancadas violentamente de forma prematura. Poniendo ante la misericordiosa presencia del Señor, a aquellos que tomaron la decisión, o empujaron a tomarla, de terminar prematuramente con la vida de sus hijos, también a aquellos que plantean, ya sea desde el ámbito político, médico o de cualquier otra índole, que eliminar una vida humana pueda ser solución para algún problema, y que todos ellos puedan ver que es una grave equivocación. A ello se sumó la súplica para que la luz de la esperanza brille en aquellos hermanos y hermanas que, al final de la vida, cuando ésta “en muchas ocasiones vuelve a ser frágil”, son tentados a buscar falsas vías, que supuestamente pretenden eliminar el sufrimiento, cuando lo que pretenden es acelerar el fin o, directamente, acabar con la vida de la persona. Por todos ellos se oró en un clima de gran recogimiento.
La celebración concluyó con el envío de los presentes a ser apóstoles del “Evangelio de la Vida”, ya que todos tenemos la responsabilidad de promover el valor de la vida y así contrarrestar la extensión en nuestra sociedad de la cultura de la muerte y de leyes anti vida.
Ricardo Cobo
Proyecto Jaén