Romería de la Santísima Virgen de la Cabeza

Carta Pastoral del Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo. Un año más vamos a celebrar la romería y festividad de la patrona de la diócesis de Jaén y de la ciudad de Andújar, la Santísima Virgen de la Cabeza. De nuevo una inmensa multitud de fieles volverá a peregrinar hasta el cerro del Cabezo en Sierra Morena atraídos por esta imagen de la Virgen a la que se profesa una especial devoción en tantos y tantos pueblos de nuestra diócesis y de toda España.

María Santísima nos convoca para celebrar con alegría su fiesta. Y nosotros, atraídos por el amor que le profesamos a la Madre de Dios, vamos a participar en este último fin de semana de abril de una fiesta hondamente arraigada en la fe del pueblo iliturgitano. La romería de la Virgen de la Cabeza se celebra en pleno tiempo litúrgico de pascua. Cuando la Iglesia proclama el triunfo de Cristo sobre la muerte con su gloriosa resurrección, los cristianos de Andújar y de la diócesis vuelven su mirada hacia su Madre.

En la Santísima Virgen María encontramos a la mejor discípula de su hijo Jesús. Ella estuvo desde el inicio de la Iglesia animando a los apóstoles en su ardua tarea misionera. Y ella siempre nos acompaña en nuestro peregrinar por este mundo al Padre. Por eso debemos confiar plenamente en María, la Madre del Señor, e invocarla en medio de nuestras necesidades. Ella, con afecto maternal, escucha a todos sus hijos. Por tanto, acudamos en nuestra oración a la intercesión de la Madre de Jesús, porque sabemos que nuestras plegarias siempre son escuchadas.

En el presente curso estamos insistiendo en el objetivo que nos señala el plan diocesano de pastoral: acrecentar nuestra experiencia de unión con el Señor a través de la oración y del hermano necesitado. Permitidme que os insista en este tema tan importante para el fortalecimiento de la fe cristiana. Nos uniremos más con el Señor en la medida que tengamos momentos de encuentro personal e íntimo con Él a través de la oración. Y si esta oración la hacemos con la intercesión de María, sabemos que contamos con su mirada misericordiosa y maternal. Una mirada humilde que nos invita a tener una actitud de servicio ante los demás.

¡Cuántos tesoros encierra la oración! ¡Cuánta plenitud de gozo aporta y qué útil es en los momentos sombríos de la existencia! El Santo Padre Benedicto XVI en su Encíclica «Spe salvi» nos lo ha recordado: «Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme, cuando se trata de una necesidad o de una expectativa que supera la capacidad humana de esperar, Él puede ayudarme. Si me veo relegado a la extrema soledad…; el que reza nunca está totalmente solo» (32).

He podido personalmente comprobar cómo hay muchas personas que en el camarín de la Virgen elevan ante su imagen plegarias llenas de emoción. Yo mismo, un año más, llegaré a su Santuario para orar ante Nuestra Señora de la Cabeza. Y le pediré especialmente por esta querida diócesis de Jaén, para que a través de la oración, de la celebración de la eucaristía y de la caridad con los más necesitados, todos los que formamos la familia diocesana demos un testimonio comprometido de seguimiento del Señor Jesús.

Con mi bendición.

+ Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén

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