Ponemos nuestro Plan Diocesano en manos del Beato Manuel Lozano Garrido, «Lolo»

Carta Pastoral del Obispo de Jaén, Mons. Ramón del Hoyo López.

Queridos fieles diocesanos:

Hoy, más que nunca, la Iglesia en España y nuestra Diócesis de Jaén necesitan de un catolicismo operativo, con una implantación fuerte, sobre todo, en las comunidades parroquiales. Para ello, los laicos precisan de una fuerte experiencia de Dios, formación y el estímulo de unos con otros. Su participación generosa en las tareas parroquiales, en la familia y asociaciones, no es suficiente, sin embargo. Su presencia debe notarse, ante todo, en los ámbitos de la vida social, con el fin de orientar las diversas realidades temporales, según el corazón de Dios.

La Iglesiano podrá ser verdadero fermento del mundo y luz de los hombres si los cristianos seglares no viven y se manifiestan como verdaderos discípulos de Jesucristo y le dan a conocer, hasta que sus enseñanzas terminen insertándose en el tejido social, como fermento en la masa.

Son muchos los laicos, gracias a Dios, que tienen conciencia clara de que también ellos han recibido el Espíritu Santo, por el Bautismo y la Confirmación, y que están llamados a ser testigos del Evangelio de Jesucristo en la Iglesia y en el mundo, pero quedan otros sin apenas vislumbrar estos compromisos. Viven su fe de forma privada, íntima, como “vergonzante”, desvinculados de los grupos de cristianos asociados, en donde se perfecciona su formación y el estímulo mutuo; programan su acción apostólica y cultivan su espiritualidad.

En nuestra Diócesis, tan rica en otras realidades, deberá crecer aún mucho más el apostolado seglar organizado, sobre todo la ACCIÓN CATÓLICA, movimiento de fieles seglares tan recomendado por la Iglesia y que tanto bien ha hecho en miles de seglares.

Aspecto importantísimo también del apostolado seglar es crecer en COMUNIÓN con todo el Pueblo de Dios. Los grupos aislados se empobrecen en sí mismos. La suma, en cambio, de inquietudes y experiencias con otros grupos, sin perder su propio carisma, les enriquece.

Un ejemplo a seguir: desde muy niño, el BEATO MANUEL LOZANO GARRIDO fue descubriendo que Dios le llamaba para ser apóstol seglar. La amistad y cercanía a su Maestro Jesucristo era el manantial de donde le llegaba la energía interior, que fue creciendo hasta su muerte. La Acción Católica, junto con su familia y amigos, iban a ser también los pilares donde iría forjándose su vocación de apóstol. La enfermedad afianzaría definitivamente su alma misionera. Como a Pablo de Tarso debía martillearle en su interior, ya en su silla de ruedas, “¡Ay de mí, si no evangelizara!”. Nuestro querido “Lolo” aporta a nuestro plan diocesano unas páginas frescas del libro que tituló: “Todos somos elegidos”. Son menos de cuarenta páginas escritas en el 1968 que hoy presenta para nosotros.

El próximo día 3 de noviembre, miércoles, celebrará nuestra Iglesia diocesana por vez primera el llamado dies natalis o fecha de su muerte. Recibirán en Parroquias e Iglesias abiertas al culto público, desde la Delegación diocesana de liturgia, los textos aprobados por la Congregación para el Culto divino para esta celebración, tanto referente al oficio como liturgia eucarística. Celebraremos en Linares, Iglesia de Santa María, una Misa solemne junto a sus reliquias, poniendo en sus manos el Plan diocesano de pastoral para el presente curso, rogando su intercesión por su Iglesia particular de Jaén, y, de forma especial, por el apostolado de los seglares.

Un compromiso especial nos urge a todos los católicos a lo largo del presente curso pastoral. Tiene este nombre: JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD.

Hemos de ayudarles de forma coordinada desde cada comunidad parroquial, colegios, asociaciones… a los jóvenes cristianos para que la voz de Dios resuene en su interior y transforme sus corazones. Cristo y nuestra Iglesia les necesita.

Su Santidad Benedicto XVI les espera en Madrid para hablarles y animarles, en nombre del Señor. Les espera Jesucristo durante estos meses de preparación para mirarles, uno a uno, con amor especial, para decirles que cuenta con ellos en las tareas de la nueva evangelización y que no tengan miedo a enfrentarse con las dificultades de la vida y vivir, en serio, su fe en Jesucristo.

La juventud es la porción del laicado preferida en este curso. Por los jóvenes rezaremos todos: mayores, adultos, niños y niñas, familias, sacerdotes, consagrados, toda la familia diocesana.

Con mi invitación para seguir orando por el próximo viaje del Santo Padre a Santiago de Compostela y a Barcelona, les saluda y bendice.

+ Ramón del Hoyo López

Obispo de Jaén

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