Como cada año, el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, ha hecho público su mensaje de Navidad. En esta ocasión, ha sido grabado en el Belén montado con mimo por la comunidad del Seminario y que se encuentra ubicado en la entrada de la Casa de la Iglesia.
El Pastor diocesano ha querido comenzar su mensaje exhortando a los jiennenses a hacer un paréntesis en la espiral de la rutina. “Aprendamos a parar y centrar nuestra mirada en ese Niño envuelto en pañales, que nace para unir el cielo con la tierra, y que de manera irremediable nos transporta a nuestra infancia”. Para continuar animándolos a compartir tiempo con la familia. “Dediquemos tiempo a nuestra familia, reunámonos en torno a la mesa, brindemos por los que ya comparten la Nochebuena desde el cielo, y sintámonos afortunados por poder seguir celebrando el nacimiento del Niño Jesús rodeados de personas a las que queremos y que nos quieren”.
Del mismo modo, ha querido recordar a los que sufren, especialmente, a los fallecidos y afectados por la DANA. “Dediquemos parte de nuestra Navidad a llevar esperanza y amor a un mundo que sufre. Recordemos, también, a esos hermanos nuestros que, de manera particular en Valencia, pero también en Albacete o en Málaga, han perdido la vida y a aquellos que lo han perdido todo a causa de la DANA. Los jiennenses hemos sido generosos con ellos, pero aún no ha llegado la normalidad a sus vidas, necesitan de nuestra ayuda, de nuestra oración, de nuestro apoyo”.
En su mensaje de Navidad, el Prelado del Santo Reino también ha puesto la mirada en el 2025, en el que “en el que conmemoraremos de manera universal y extraordinaria que Dios entra en nuestra historia, se hace uno de nosotros encarnándose en el seno virginal de María, y naciendo, nos devuelve la esperanza, restituyendo, así, nuestra dignidad de hijos de Dios”. Para invitar a todos los jiennenses a ser parte activa del Año Jubilar de la esperanza. “A acoger este año como un regalo, como un tiempo de gracia en el que nuestra fe se avive, en el que nuestra esperanza se haga fuerte, para que nuestro amor sea cada vez más generoso, más entregado, en el que nuestro corazón crezca para los demás, y de una manera especial, para los que sufren”. Y, además, ha recordado que Jaén capital conmemora, en el 2025, el 1.200 aniversario de su capitalidad.
“Dispongámonos a vivir una Navidad de 12 meses, en el que cada día descubramos, el misterio de Dios con nosotros y sepamos trasmitirlo a nuestro alrededor como verdaderos discípulos”, ha sugerido el Obispo. Para culminar: “Que María, quien albergó en su seno la esperanza del mundo, sea nuestra guía en este camino de 365 días que estamos a punto de emprender. Que veamos en su entrega a la voluntad de Dios, nuestra propia senda hacia la felicidad auténtica, esa que nos descubre el rostro verdadero de la esperanza. Feliz y esperanzador 2025”.