Carta Pastoral del Obispo de Jaén, Mons. Ramón del Hoyo. El domingo 30 de mayo, coincidiendo con la solemnidad de la Santísima Trinidad, tendremos especialmente presentes a los religiosos y religiosas contemplativos. Han consagrado enteramente a Dios sus vidas para la oración, el trabajo y el silencio ante el Señor.
Nuestra Diócesis de Jaén tiene el privilegio de contar con veinte comunidades de contemplativas femeninas, pertenecientes a ocho Órdenes Religiosas. Con su plegaria constante y su vida de consagradas en clausura, son como lámparas que arden ante la presencia de Dios, en nombre de esta Iglesia, y atraen torrentes de energía y gracias sobrenaturales sobre todos los fieles diocesanos. Demos gracias a Dios por tan inmensa riqueza.
El lema de la jornada en esta ocasión es: La vida contemplativa, cenáculo eucarístico. Su coincidencia con la clausura en este mismo día del Congreso Eucarístico Nacional que se celebra en Toledo, invita a contemplativos y a los fieles de las diócesis españolas a postrarnos, en íntima comunión, ante el Santísimo Sacramento. Por eso se dice: ¡Venid, adoradores!. Centremos nuestra adoración a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, ante el Sagrario y la Custodia, presencia real de Jesucristo entre nosotros.
En este mundo tan desesperanzado y materialista, los contemplativos son para nosotros profetas de esperanza y del espíritu, iconos y anticipo de las realidades definitivas, a las que caminamos como creyentes, y estímulo que nos alienta a vivirlas. Sus muchas horas diarias en silencio sonoro a los pies del Maestro, presente en la Eucaristía, apartadas del ruido de las cosas, son ejemplo continuado para encontrarnos con nosotros mismos, para levantar nuestros corazones y para pensar en las cosas del cielo, uniéndonos a su misma adoración. Al tiempo que agradecemos su entrega e inmolación con Jesucristo, pedimos que suscite entre los jóvenes santas vocaciones que perpetúan la historia de santidad de nuestros monasterios, verdaderos oasis de paz y de la más profunda alegría, testimonios de la presencia de Dios en el mundo.
Gracias por sus oraciones diarias en favor de los sacerdotes y seminaristas diocesanos que tienen encomendados, especialmente en este año sacerdotal. No olviden tampoco orar ante el Santísimo Sacramento por los religiosos y religiosas de vida activa y por los fieles laicos, en especial por los niños y niñas, ancianos y enfermos, por cuantos atraviesan por el sufrimiento y la soledad, lejos y cerca de nosotros. Pidan para que seamos fieles a nuestra vocación y compromisos cristianos.
Con mi saludo fraterno y bendición.
+ RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ
OBISPO DE JAÉN