Campaña contra el hambre

Carta pastoral del Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo. 1. Manos Unidas, tan apreciada en esta Diócesis de Jaén y una de las instituciones más conocidas y valoradas en la Iglesia española, celebrará su campaña anual el segundo fin de semana del próximo mes de febrero.

En relación con el cumplimiento de los objetivos de desarrollo del milenio (UDM) que la ONU se planteó de cara al 2015, en este año reflexionaremos sobre el lema “MADRES SANAS, DERECHO Y ESPERANZA”. Se plantean la meta de reducir, en tres cuartas partes, la tasa de mortalidad materna hasta el año señalado.

El lema encaja también perfectamente con uno de los objetivos del plan diocesano: “intimar con el Señor a través del hermano necesitado”. Nuestro apoyo y ayuda a esta propuesta en favor de estas madres es una de las variadas formas de nuestra vocación para amar, desde nuestra unión íntima con Jesucristo, y por Él, a Dios nuestro Padre.

2. La palabra “madre” puede ser la más evocadora de nuestro vocabulario. Probablemente la que primero aprendimos y la última que vamos a pronunciar. Junto a ella, la de “mujer” son todo un mundo en el que convergen gran parte de nuestras vidas. Son el corazón de la familia y fundamento insustituible en cualquier sociedad.

Me impresionaron las reflexiones y testimonios misioneros que pude escuchar el verano pasado sobre la importancia de la mujer en la cultura africana. En torno a ella gira de hecho la educación, la economía, la formación, la salud y la transmisión de la fe y la familia.

Manos Unidas, sin que se precisen especiales comentarios, apunta al centro de la diana: “madres sanas”, que es mucho más que la ausencia de enfermedades y dolencias. Es su salud física, moral, mental, social. Es un modo de vivir específico como mujer, esposa y madre, en conformidad con sus “derechos” y en horizontes de “esperanza”.

La mujer es, por encima de todo, persona dotada de su originalidad femenina, en la que radica su riqueza esencial. Jesucristo clamó contra la discriminación de la mujer como madre en su tiempo y toda la historia de la salvación es un testimonio luminoso que resalta la dignidad de la mujer. La Iglesia ve en su rostro y en el ser femenino: fidelidad, entrega, amor, sacrificio, intuición penetrante, laboriosidad infatigable, fuerza insospechada en su apoyo, riqueza sin límites… ¿Cómo no apoyar la dignidad, salud y misión tan alta en la sociedad como tiene la mujer? Unamos nuestros esfuerzos para ello. Manos Unidas distribuye con seguridad y rigor.

3. ¡Madre nuestra, cuida de las madres!

Son incontables las madres y mujeres cristianas que te invocan y suplican en mil situaciones de soledad y dolor, abusos, enfermedad, explotación, matrimonios impuestos, embarazos adolescentes, tantas pobrezas vividas desde el silencio…

También sufren y luchan muchas más que ni te conocen, pero tu Hijo Jesucristo te las encomendó el día de Viernes Santo a través del Apóstol Juan. “Ahí tienes a tu hijo”, “Ahí tienes a tantas madres y mujeres”. Seguro que sufres con ellas. Acompáñalas con tu misericordia para que tu Hijo Jesucristo las llene de vida y esperanza.

4. Animamos a la Delegación diocesana de Manos Unidas que ha renovado recientemente su dirección y otros cargos, para que, retomando con renovada ilusión la antorcha que llevaron muy alta quienes formaron el equipo anterior, lo que agradecemos sinceramente de nuevo, sean instrumentos también impregnados de amor cristiano para que con dedicación y acierto sirvan en la importante tarea que Dios pone en sus manos. Junto con el numeroso grupo de voluntarios diseminados por toda la geografía diocesana, sepan que cuentan en todo momento con nuestro apoyo.

Gracias finalmente a los sacerdotes, consagrados y fieles diocesanos por su generosa colaboración en favor de esta Campaña y por sus aportaciones para Manos Unidas. Que Dios se lo pague, en nombre de los pobres.

Les saluda y bendice.

+ D. Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén

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