Carta Pastoral del Obispo de Jaén, Mons. Ramón del Hoyo. ¡Con qué alegría me contáis muchos de vosotros que pronto vais a hacer la Primera Comunión! Con sinceridad angelical hasta me invitáis para que os acompañe el día que todos sabéis muy bien. Pero sólo puedo deciros: “os voy a recordar en esa fecha”. Cumplo mi palabra. Os recuerdo a todos.
Durante el mes de mayo, sobre todo, Jesús va a visitar el corazón limpio de muchos niños y niñas de esta Iglesia de Jaén. Sé que os pasará lo mismo que yo recuerdo aún, cuando comulgué por primera vez: me sentí realmente muy feliz y amigo de Jesús. Desde aquel día, me ha visitado muchas veces y así hemos ido creciendo los dos en amistad.
Le dije a Jesús aquel día que quería ser siempre su amigo y estar con él. Ahora, después de más de sesenta años desde que le recibí, puedo aseguraros que siempre me ha llevado de su mano y he querido ser su amigo.
Que vuestra Primera Comunión sea para cada uno el inicio de un camino que vais a hacer juntos, que dure toda la vida. Nunca encontraréis un amigo mejor, os lo aseguro.
Es un camino que ya comenzó el día de vuestro Bautismo, ¡qué día tan grande aquel!, ha continuado hasta encontraros con Jesús en la Confesión, el perdón de los pecados, y en la primera, segunda, tercera… comunión. Pero sigue este camino, sobre todo, hasta que recibáis la fuerza del Espíritu Santo en la Confirmación, para ser cristianos mayores, misioneros y testigos del Evangelio de Jesús.
Amigos: el camino no se interrumpe con la Comunión, sino que se reemprende con más fuerza y decisión para hacerte buen cristiano.
Quiero que sepan también vuestros padres, sacerdotes, catequistas, educadores, que de inmediato comienzan las catequesis de Confirmación con estos niños y niñas, para, una vez preparados, recibir los dones del Espíritu Santo, en la Confirmación.
Ayuden a estos cristianos para que participen cada vez con más entusiasmo y frutos espirituales en la misa de los Domingos y para que descubran que la fuerza para ser sus discípulos nos llega del Espíritu Santo. Por eso la importancia de preparar bien y con tiempo el Sacramento de la Confirmación.
Enhorabuena. Que os alimentéis muchas veces del “pan de la vida” que es Jesús mismo. Decidle muchas veces esta oración: “Jesús, soy tu amigo y te pido que Tú también estés siempre conmigo.”
Feliz día. Con Jesús somos mejores y más ricos. Un abrazo de vuestro Obispo.
+ Ramón Del Hoyo López
Obispo de Jaén