En el domingo de la Santísima Trinidad, la S.I. Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza, acogió una nueva edición del pregón conmemorativo de la Solemnidad del Corpus Christi. Con esta cita, los baezanos, comenzaron sus particulares vísperas del día del Señor, siendo el encargado de pregonar el día grande de Baeza D. Miguel Ángel Fernández Cruz.
La presentación, corrió a cargo de D. Francisco Juan Martínez Rojas, Deán de la S.I. Catedral de Baeza y pregonero del año anterior.
Fernández Cruz, nada más acariciar el atril, se presentó ante los presentes como un humilde catequista de la Parroquia de San Andrés de Baeza, dando paso a una oración escrita por sus catecúmenos. Así, comenzó un pregón catequético, en el que puso en el centro a Jesús Sacramentado como brújula de su vida personal y cofrade, junto a su feliz encuentro con su mujer, tras su destino laboral final en Baeza, ciudad, de la que el mismo dijo, le había dado todo: trabajo o familia, entre tantas cosas más.
Los asistentes, pudieron escuchar el pregón de un cristiano con un profundo servicio a la Iglesia Diocesana de Jaén en general y de Baeza en particular. Por ello, encontramos en sus palabras un homenaje a los Sacerdotes, a través de una anécdota con sus niños de catequesis. Su parte más cofrade, la encontramos en las palabras que dedicó a su Cofradía Sacramental de “La Fervorosa”.
Quiso poner de manifiesto la fe a través de la figura de grandes santos actuales y de la antigüedad, compartiendo con los presentes las vivencias que experimentó a través de gente cercana, que pese a las dificultades que han tenido y que podían haberles alejado de Dios, la fe les sirvió para seguir adelante.
La parte más emocionante y más personal, llegó cuando resaltó la importancia del sacramento de la penitencia. Ante un aforo desbordado, que llenó sin precedentes el claustro de la S.I. Catedral, el Pregonero hizo una confesión a través de sus vivencias, donde todos los presentes, se podían ver representados. También, quiso poner de manifiesto la importancia de la educación de los niños, de una manera especial en la catequesis, no siendo valorada en muchas ocasiones por las familias, destacando la figura de los catequistas.
En sus últimas palabras, D. Miguel Ángel Fernández Cruz, anunció a los cuatro vientos, la alegría que supone ser cristiano, la alegría que supone ser de la causa de Cristo y de vivir para Jesús Sacramentado.
Tras una intensa ovación, el Pregonero, recibió un recuerdo por parte del Cabildo Catedral, así como la medalla del Cuerpo de Caballeros Horquilleros.
Finalizó el pregón, con un escogido concierto a cargo del cuarteto “Spes Nostra”.
José García Checa
Baeza