El pasado día 15, viernes, se celebró la bendición del Belén hecho por los internos del Centro Penitenciario de Jaén, colocado en el Camarín de Ntro. Padre Jesús, que este año reproduce la maqueta del Camarín de los Descalzos. Los internos también han construido los Belenes expuesto en la parroquia de Cristo Rey y en la Residencia de Mayores de “Fuente de la Peña”.
El acto comenzó con la bendición por parte del Vicario General de la Diócesis, D. Francisco Juan Martínez Rojas, quien excusó la presencia del Obispo diocesano, al que siguieron unas palabras de la Subdelegada del Gobierno en Jaén, Dª Francisca Molina; del Director del Centro Penitenciario, D. Juan Mesa y del Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, D. Ricardo Cobo.
Todos ellos reconocieron la perfección del trabajo de los internos que han colaborado en la elaboración del nacimiento inaugurado, tanto de los presentes como de aquellos que no han podido asistir a la bendición; igualmente agradecieron a la monitora de manualidades del Centro el esfuerzo realizado dentro y fuera para que la población de Jaén podamos disfrutar de esta exquisita representación del nacimiento de Jesús.
El acto se termino con el recitado de un poesía compuesta y leída por el Capellán del Camarín, D. Antonio Aranda Calvo.
ACEITUNERO DIVINO
En la tierra de Jaén de una aceitunera bendita,
nos nació un aceitunero, el Niño Jesús ¡mi Vida!
es lo más humano y divino, que en el mundo haya existido
tan pequeño, tan bonito, que nos quita hasta el sentido.
Si quieres aceitunero divino, te acogeré en mi cuadrilla,
te cuidaré noche y día, y te daré a conocer:
que te quieran, que te sigan, pues eres la fuente viva
del amor, de la luz, la verdad y el agua limpia.
Y a tu Madre, le dirás, “pequeñita y morenita,
lo mismo que una aceituna del cielo caída”
que esté tranquila, que ya tienes quien te cuida…
y conmigo, los demás, “todos los de la cuadrilla”.
…Qué mal estaría, Señor, retenerte, para mi sólo, ¡egoísta!
y negarle a mis hermanos, que Tú eres el Dios de carne divina.
por eso, abramos el cerco, que entre en nuestra pandilla,
abrid puertas, corazones, que comparta nuestras migas.
¡Vamos todos, vamos a Belén corriendo
que llega muy pronto nuestro aceitunero.
Pastoral Penitenciaria