
Domingo lluvioso el III de Cuaresma. Sin embargo, ni siquiera las inclemencias meteorológicas impidieron que los fieles de la Vicaría Territorial III, la de El Condado -Las Villas, que comprende los Arciprestazgos de Sierra de Segura, El Condado y las Villas, viajaran hasta la capital jiennense para alcanzar las gracias de este Jubileo de la Esperanza, en el 2025 aniversario de la Encarnación del Hijo de Dios.
Convocados por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, alrededor de 550 personas procedentes de las parroquias La Puerta de Segura, Puente de Génave, Génave, Segura de la Sierra, La Matea, Torres de Albanchez, Arroyo del Ojanco, Beas de Segura, Villarrodrigo, Santiago de la Espada, Beatae, Orcera, Siles, Villanueva del Arzobispo, Iznatoraf, Chiclana de Segura, Castellar, Sorhiruela de Guadalimar, Santisteban del Puerto, Montizón, Navas de San Juan y Villacarrillo, llegaron a Jaén, acompañadas por sus párrocos y el Vicario territorial, D. Manuel Luis Anguita. También, quisieron participar en este jubileo los alcaldes, alcaldesas y representaciones municipales de algunas de estas localidades.

Así, a las 17 horas la celebración comenzaba en la Basílica de San Ildefonso. Después de la acogida y la lectura inicial, comenzaron una peregrinación, bajo la lluvia, hasta el primer templo diocesano. Entonando las letanías y encabezados por la cruz jubilar, le seguía el Obispo, como cabeza de la Iglesia diocesana, y los sacerdotes. Cerraban la comitiva el pueblo fiel. Ya en el interior la Seo jiennense dio comienzo la solemne Eucaristía en este III domingo de Cuaresma.
Las lecturas estuvieron participadas por fieles de los distintos arciprestazgos y el Evangelio fue proclamado por el recién ordenado diácono permanente, Francisco Javier López. Asimismo, la capilla musical corrió a cargo del Coro Parroquial de Iznatoraf.
Homilía
Don Sebastián inició sus palabras dando la bienvenida a la Catedral de Jaén a los fieles de la Vicaría III y les recordó que la Cuaresma es “un tiempo de gracia, un camino de conversión y renovación espiritual que nos invita a abrir el corazón a la presencia viva del Señor”.

Asimismo, el Obispo, centrándose en la primera lectura, del Libro del Éxodo, subrayó queDios no es lejano, ni indiferente, sino un Dios viviente, cercano, que nos habla y se interesa por nosotros. “Como Moisés, debemos quitarnos las sandalias de nuestras seguridades humanas y acoger el misterio de un Dios que nos envía con una misión”. Para añadir: “Si observamos con atención, nuestro mundo está lleno de ‘zarzas ardiendo’, signos claros de la presencia de Dios.Dios nos habla a través de: las personas buenas que hacen el bien sin cansarse; las instituciones caritativas que, con pocos recursos, confían en la Divina Providencia; los enfermos y ancianos que sufren con esperanza y paciencia; los jóvenes que responden con generosidad a la llamada de Dios en la vida sacerdotal o religiosa; las familias cristianas que son testimonio de amor, fidelidad y entrega; la Iglesia, que sigue renaciendo a pesar de nuestras limitaciones; la creación entera, que refleja la belleza y sabiduría del Creador”.
El Pastor diocesano advirtió, además, y haciendo referencia al Evangelio de San Lucas, sobre el riesgo de una sociedad que, en muchas ocasiones, vive de espaldas a Dios. Así, recordó las palabras de Jesús: “Si no os convertís, todos pereceréis”, haciendo hincapié en la necesidad de vivir con esperanza. “Si no tenéis esperanza, en vuestra vida no hay un sentido fuerte que oriente vuestro caminar, no vivís la verdadera alegría, sino más bien, la esclavitud de lo material, de lo mundano. Es una llamada urgente, que debemos hacer los llamados por el Señor, sus hijos, como a Moisés para liberar a su pueblo, a abrir los ojos del corazón y descubrir que Dios sigue actuando hoy en nuestra historia”.
Don Sebastián exhortó a los fieles a la conversión, haciendo hincapié en segunda lectura, de San Pablo a los Corintios. En este sentido explicó que la esterilidad espiritual ocurre cuando vivimos solo para nuestras comodidades y beneficios, sin exigencias ni entrega a los demás. “Pero Dios nos llama a dar fruto, a vivir una fe activa y generosa. Los frutos que Dios espera de nosotros no son grandes gestas heroicas, sino actos sencillos de amor y fidelidad: la presencia de la oración sincera y constante en nuestra vida; el arrepentimiento y la reconciliación ante nuestros pecados; la honradez en el trabajo y la responsabilidad en la familia; el compromiso con la justicia y la solidaridad con los más necesitados; la paciencia, la humildad y la bondad en la vida cotidiana…”
Al finalizar la Comunión, y como parte de la celebración jubilar, el Canónigo y Provicario General de la Diócesis, D. José Antonio Sánchez Ortiz, llevó hasta el presbiterio el Santo Rostro, ante el que se pidió por las intenciones del Santo Padre. Posteriormente, el Pastor diocesano impartía, con esta reliquia, la bendición solemne. Finalmente, con un canto a la Santísima Virgen concluía esta celebración jubilar.

El próximo domingo, el domingo de Laetare, los fieles de la Vicaría IV, Andújar, Bailén-La Carolina y Linares, podrán ganar las gracias jubilares. Estos jubileos concluirán el último domingo de Cuaresma, 6 de abril, con la Vicaría V, que comprende los Arciprestazgos de Alcalá, Martos-Torredonjimeno y Arjona.
Galería fotográfica: «Jubileo Vicaria Territorial III»
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