Como estaba fijado en el Calendario Diocesano, el pasado lunes día 24 se han reunido, bajo la presidencia del Vicario de Pastoral, un gran número de Delegados Episcopales en un diálogo franco y lleno de riqueza para hacer un seguimiento al curso pastoral diocesano.
En una primera parte, cada uno de los asistentes fue describiendo las actividades que su correspondiente delegación viene desarrollando en orden a animar y ayudar a las distintas comunidades diocesanas, parroquias y movimientos. También se apuntó lo que queda aún por llevar a la práctica y que está fijado en la programación, todo ello teniendo como referencia el Plan Diocesano de Pastoral.
Muchas y variadas vienen siendo las tareas que se están desarrollando, y que hacen posible que la propuesta vocacional, en todas sus facetas, esté resonando entre los jóvenes cristianos. Aunque también hubo quien manifestó la sospecha de que no esté calando suficientemente, o al menos como en un principio se esperaba, sobre todo la vocación para el sacerdocio.
Se detecta el escaso número de jóvenes que viven su fe de forma asociada en la Diócesis de Jaén, lo cual dificulta esa propuesta vocacional. Al mismo tiempo, se tiene conciencia de que el tema vocacional es un campo muy propicio para manifestar la salud de la fe vivida por nuestro pueblo cristiano, en el que la ausencia de testigos cercanos y creíbles está haciendo notar la falta de referenciales en los jóvenes que les animen a ponerse en actitud de escucha del Señor.
Se hace la promesa de seguir desarrollando con ánimo en cada Delegación el trabajo programado para el presente curso.
Algo más dispersas, aunque muy ricas, fueron las aportaciones referidas al curso próximo. El diálogo partía de un borrador enviado con anterioridad, en donde se adjuntaba un cuestionario para facilitar la reflexión. En la base estaba la Exhortación Evangelii Gaudium.
Por parte de los asistentes se compartía la necesidad del diálogo en que todos pudiesen escucharse y hacer aportaciones, aunque sobre el método concreto de llevar a cabo ese diálogo existieron diversas propuestas.
Se pidió que siguieran apoyándose los nuevos caminos pastorales abiertos en la Diócesis, como el trabajo con los jóvenes, el encuentro de coros y feria vocacional con los adolescentes, la capacitación de agentes de la pastoral familiar, la formación en los agentes de la caridad. También se apuntó la necesidad de implantar en cada parroquia el Itinerario de Formación de Adultos en orden a fortalecer el hecho comunitario, desde donde se pudiera entender todo el movimiento pastoral y toda la evangelización.
En todos los asistentes estuvo clara la conciencia de estar inmersos en un momento pastoral interesante para la Iglesia, del que participamos todos, que viene señalado por la situación histórica de un enfriamiento generalizado en la fe, junto a la aportación alegre y llena de esperanza del papa Francisco. Una gracia que no se debe de desaprovechar.
Para finalizar, se dieron una serie de avisos referentes al buen funcionamiento en la distribución de materiales y a la economía, tanto por parte de la Vicaría General, como del Ecónomo Diocesano.