Llega el final de mayo; el mes del año en que se mira de manera especial a la Virgen María y uno de los meses con más más celebraciones en todas las parroquias: romerías, bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y alguna que otra boda. Así se ha vivido en la parroquia de Nuestra Señora de la Natividad de Jamilena. Y han sido días intensos, cargados de preparación y de hermosas celebraciones, enmarcadas en la alegría pascual.
No obstante, aunque los fines de semana no se han podido estirar más, tampoco se podía dejar pasar la oportunidad, en este Mes de las Flores, para seguir viviendo la Misión en nuestra parroquia. Por eso, los martes del mes de mayo hemos estado celebrando las Misas de la Misión por diferentes barrios de Jamilena.
Movidos por el deseo de seguir haciendo realidad el “sueño misionero de llegar a todos”, al que el Obispo ha convocado a la Diócesis de Jaén, hemos organizado cuatro Eucaristías en la calle, cerca de los lugares donde se desarrollaron las Asambleas Familiares, durante el mes de marzo. ¡Han sido un verdadero regalo de Dios para este pueblo!
Cuando se planteó, por primera vez, la posibilidad de celebrar los “Martes de la Misión”, inevitablemente surgió el interrogante de la acogida. En otros tiempos, recuerdan los mayores, ya se celebraron misas por las calles y la respuesta fue muy positiva, pero eso: eran otros tiempos. La incógnita era de si ahora, en nuestra situación actual, serían acogidas o no. Y el hecho irrefutable de que había sido una gran idea fue la cantidad de personas que el primer día participaron en la celebración.
Los vecinos de las calles donde se han celebrado las eucaristías han preparado, con esmero, el lugar y han hecho ponche para después, que servía para disfrutar de un momento de convivencia y fraternidad. Es más, en la medida que se pasaba el mes, los “Martes de la Misión” se ha ido fraguando como cita obligada de la semana. Al terminar cada martes, se expresaban las impresiones y sensaciones, pero una ha sobresalido especialmente: «¡esto hay que repetirlo!». Era la forma coloquial de decir que debemos continuar trabajando en esta misma línea.
Jamilena sigue en Misión. En la parroquia nos queda convocar la Asamblea Parroquial y alguna que otra actividad más de las que se programaron para este año. Así que el Señor todavía nos tiene reservadas algunas sorpresas, mientras sigue irradiando su gracia sobre este pueblo y nos recuerda a todos el mandato apostólico de anunciar su Evangelio.