La Santa Iglesia Catedral de Jaén ha acogido hoy la Eucaristía en memoria de San Pedro Poveda, recordando el día de su martirio. El canónigo de la Catedral, y Director del Secretariado diocesano para la Causa de los Santos, D. Antonio Aranda Calvo, ha presidido la Santa Misa, en la que ha hecho una semblanza de este mártir, que fue también miembro del Cabildo Catedral y fundador de la Institución Teresiana.
«Hoy día 28 de julio, celebramos el “dies natalis” de Pedro Poveda, nacido en Linares el 3 de julio de 1874. Pasó por el Seminario de Jaén y concluyó los estudios teológicos en el de Guadix, donde fue ordenado presbítero el 17 de abril 1897. Asistiendo al Obispo diocesano, como Secretario-familiar, dedicó los primeros años de su sacerdocio a la población de las cuevas, que rodean la ciudad accitana, realizando una labor de promoción social y catequización a todos los niveles. Fue nombrado canónigo de la Basílica de Covadonga en 1906; allí en el retiro y en la oración al pié de la Virgen maduró la vocación iniciada en Guadix y que purificó con las renuncias y la cruz asumida con gozo y puestos los ojos en su Maestro, Jesús. Publica diversos artículos y proyectos de formación de un laicado en la línea de equipos cristianos, dedicados a la promoción y al “diálogo fe-cultura”. En 1911 funda la Institución Teresiana, asociación de fieles que aprueba el Papa Pío XI en 1924. En 1913 vuelve a Jaén como canónigo de la S. I. Catedral y desde aquí cuida y cultiva su fundación con la colaboración de la giennense Mª. Josefa Segovia. En nuestra Diócesis realiza diversos e importantes encargos diocesanos como: Visitador de Religiosa; Profesor del Seminario de Jaén; presidiendo asociaciones culturales y religiosas; formando parte de Delegaciones y Secretariados. Su labor especial se centrará en el campo educativo y social. En 1921, para atender mejor la Institución que se extiende cada vez más, marcha a Madrid dedicado a consolidar su obra en el campo educativo. Murió en Madrid, mártir de la fe el 28 de julio de 1936, con la razón de su muerte en sus propios labios y en lo más hondo de su corazón “soy sacerdote de Cristo”. Fue beatificado en Roma el 10 de octubre de 1993 y canonizado en Madrid el 4 de mayo de 2003; el Papa San Juan Pablo II le puso en los altares, como Beato y como Santo, para nuestro ejemplo e intercesión. San Pedro Poveda encabeza la multitud de mártires en España del s. XX, entre los cuales el Obispo Beato Manuel Basulto y compañeros: tres sacerdotes, un seminarista y un joven laico».
D. Antonio Aranda ha predicado ante un numeroso grupo de miembros de la Institución teresiana presentes en la Eucaristía, y ha recordado que «Ante el Evangelio del próximo Domingo, “el tesoro y la perla escondidos” viene a la mente que San Pedro Poveda, por la fuerza del Espíritu descubrió este tesoro y dejándolo todo fue en busca de la perla… y se entrego en su búsqueda, al Reino de Dios, dando testimonio de ello con su propia vida… “pues nadie tiene más amor que quien da la vida por la persona amada…”. «
Para continuar, «Pedro Poveda amó a Dios sobre todas las cosas y al prójimo de la misma manera… he aquí el comienzo de la santidad y la culminación de la misma, ya que no hay mandamientos mayores que este; San Pedro Poveda cumplió la llamada del Señor: lo primero desde su condición bautismal y sacerdotal que le vinculaba a Cristo de un modo tan profundo y específico; maduró en el retiro de Covadonga, tomando su propia Cruz y bajo la mirada dulce y maternal de María la Virgen; lo segundo, el amor al prójimo, dedicándose a los más necesitados. En las cuevas, dando pan y escuela; él mismo puso su domicilio en una placeta junto a la pequeña capilla…en su proyecto y en su fundación al servicio de la cultura y al diálogo entre ella y la fe, mediante un laicado comprometido, presente en el mundo, unido entre sí y a Cristo hasta la muerte.
Hoy es gran día para la Diócesis de Jaén, para nuestra Catedral, nuestro Seminario y para la Institución Teresiana que él fundara junto a Mª. Josefa Segovia-. ¡FELICIDADES!, ha concluido.