Creada e impulsada por el Papa Francisco en la conclusión del Año de la Misericordia, el penúltimo domingo del Tiempo Ordinario, y el previo a Cristo Rey, tuvo lugar, el pasado 19 de noviembre, la I Jornada Mundial de los Pobres.
La Iglesia universal se unía a la petición del Santo Padre dedicando, de una manera especial, una mirada a los pobres y excluidos de la sociedad. En la Diócesis de Jaén muchas Parroquias se unieron a esta Jornada. En concreto, en la Catedral de Jaén, el Vicario General presidió la Eucaristía de las 12 del mediodía. A la misma, además de los fieles habituales que participan en la celebración eucarística dominical, ésta contó con los representantes de Cáritas diocesana: Su director, D. Rafael López Sidro; el Secretario General, D. Diego Jiménez Martínez; la directora del Hogar Santa Clara, Inmaculada García Campero, trabajadores y las personas que viven en el Hogar Santa Clara. Fue uno de los participantes de este Hogar Santa Clara el encargado de leer la monición de entrada, explicó el porqué de esta jornada.
En alusión a la I Jornada Mundial de los Pobres, el Deán de la Catedral, afirmó, “Celebramos por vez primera, en este domingo, la Jornada Mundial de los Pobres. Se trata de una Jornada verdaderamente significativa por estar centrada en los pobres, destinatarios preferenciales de las palabras y gestos salvadores de Jesús y llamados a ser, también hoy, sin dudas ni explicaciones que debiliten este mensaje tan claro (EG, n. 48), a lo que añadió, “El lema que nos propone el papa Francisco para esta Jornada es bien elocuente: ‘No amemos de palabra sino con obras‘ tiene como objetivo estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Otro gran objetivo es promover una caridad que nos lleve a seguir a Cristo pobre y a un verdadero encuentro con el pobre: los pobres no son solo destinatarios de obras de buena voluntad, son sensibilizadores de nuestra conciencia y de la injusticia social y nos llaman al encuentro y a compartir la vida.
La oración de los fieles, fue dirigida, de una manera especial, a la concienciación de la sociedad, y en concreto de los cristianos, con los más desfavorecidos.
La Eucaristía contó con las angelicales voces de la Escolanía de la Catedral, que dirige Cristina García de la Torre.
