Transcurrido el tiempo imprescindible para asimilar el cúmulo de sensaciones y vivencias emanadas de una nueva pero diferente peregrinación a Lourdes, se escriben estas líneas para intentar resumir aquello que ha tocado el corazón no sólo a los hospitalarios sino también a los peregrinos que decidieron compartir este camino y estancia en el santuario de Lourdes.
El 30 de junio, domingo, partimos desde la casa de la Iglesia 250 jiennenses dirección Lourdes, paramos como tenemos costumbre en el camino, celebramos la Eucaristía en la Basílica del Pilar y tras descansar en Zaragoza, partimos al día siguiente hacia el encuentro con Nuestra Señora.
La verdad que los horarios siempre nos aprietan pero sabemos bien que la prioridad no es otra que los mayores y enfermos estén bien y cómodos aunque eso nos suponga a nosotros correr un poquillo.
Desde la primera actividad a la última ha estado llena de colores y de alegría, pues las manos de los jóvenes y los monaguillos de nuestra Diócesis hacían aún más hermosa aquellas cosas que hacíamos por los nuestros.
Las celebraciones comenzaron con la misa de apertura a la que se sumaron el paso por la gruta, la procesión de antorchas y rosario presidido por nuestro Obispo y portada la imagen de Nuestra Señora por cuatro hospitalarios de nuestra Hospitalidad que fueron los hermosos pies de María para poder caminar Ella a nuestro costado y acercarnos a nosotros al Cielo, rezamos el Vía Crucis de enfermos y de la montaña, gesto del agua, adoración del Santísimo unida a las confesiones, celebramos la unción de enfermos y participamos con las Hospitalidades españolas en la celebración de la Eucaristía en la gruta también presidida por don Sebastián y si algo fue entrañable para muchos fue la celebración de la Misa Internacional en la Basílica de San Pío X y la adoración del Santísimo junto a todas las Hospitalidades presentes en el santuario.
Más de 30 enfermos, 26 jóvenes, 10 monaguillos, 55 hospitalarios, 1 diácono, 6 sacerdotes y nuestro Obispo y hasta 250 peregrinos.
Repetimos hasta la saciedad que no es lo mismo visitar Lourdes incluso con una parroquia que peregrinar con la Hospitalidad, el sentido de estar en el santuario de Lourdes se alcanza sólo cuando el enfermo es el centro de ella, es lo que le da el profundo y real sentido, sin los enfermos no deja de ser un sucedáneo de la Hospitalidad, es imprescindible la presencia de aquellos que María ama de una manera especial como lo hace su Hijo, y que fueran a beber y lavarse a la fuente los primeros porque son los más necesitados de consuelo.
Hemos recogido el sentir de algunos peregrinos y hospitalarios y coinciden en que la experiencia ha superado todas sus expectativas y además damos gracias a Dios porque ha tocado el corazón a tantos y tantos y muchos desean comprometerse con la Hospitalidad en años sucesivos o con los enfermos de su parroquia.
Deseamos ardientemente que esta experiencia de servicio en la Iglesia sea conocida por muchos para que puedan tener la oportunidad de acompañarnos el año que viene, por cierto las fechas serán del 6 al 11 de julio de 2025. Os esperamos
Hospitalidad diocesana de Lourdes
Galería fotográfica: «Peregrinación diocesana de la Hospitalidad de Lourdes 2024»
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