El pasado miércoles, 20 de marzo el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, presidía, en la S.I. Catedral de Jaén, una eucaristía como acción de gracias por la elección del Papa Francisco
Dicha celebración, que comenzaba a las 20 horas, estuvo concelebrada por D. Antonio Ceballos, Obispo emérito de Cádiz y Ceuta, y por una veintena de sacerdotes diocesanos. Asimismo, estuvieron presentes los seminaristas mayores y menores, numerosas religiosas y multitud de fieles diocesanos.
Durante su homilía el Sr. Obispo quiso profesar el respeto, reverencia y afecto filial al nuevo Papa. «Es un Papa que viene del maravilloso continente americano, de unas iglesias jóvenes, con raíces de fe cristiana muy profundas que plantaron nuestros misioneros hace siglos, y que han dado este fruto bien sazonado.En esta tarde hemos sido convocados para dar gracias a Dios por este regalo, que acogemos como Supremo Pastor de la Iglesia y Representante de Cristo en la Tierra. Públicamente, desde esta Iglesia Catedral le profesamos nuestro respeto, reverencia y afecto filial, como ya lo hemos manifestado por escrito el mismo día de su elección. Prometemos nuestra oración diaria, como por sus antecesores y nunca vamos a olvidar tampoco ante la presencia de Dios al Papa emérito Benedicto XVI».
«Su nombre de Francisco, que ha querido elegir evoca al Santo de Asís, que abrió nuevas formas para la Iglesia medieval, por su sencillez, humildad y contemplación del Verbo de Dios hecho carne. Daría la impresión que la nave de Pedro rema mar adentro con viento fresco y renovador. Quedamos impactados de su porte sereno y breve discurso con una invitación confiada a la oración. Ya en estas pocas fechas de su pontificado va sembrando de indicaciones los caminos a recorrer. A los cardenales les exhorta a comportarse con austeridad y ejemplaridad. Nos adelanta que la Iglesia debe desprenderse de superficialidades y reconducirse a su esencia: ahondar en la nueva evangelización, desde la autenticidad del sí de la fe y de la vocación cristiana. Caminar, construir, confesar, siempre con la cruz de Cristo, nos decía también en la Misa que celebró en la Capilla Sixtina, con los cardenales electores y conclavistas al día siguiente de su elección», continuaba Monseñor del Hoyo.