El pasado martes, día 15 de enero, la Cruz de la Misión diocesana fue recogida de la parroquia de Santa María de Torredonjimeno para ser llevada hasta Monte Lope Álvarez, donde fue recibida en la entrada del pueblo, en el monumento dedicado al Beato Manuel Aranda.
Estaban esperándola todos los niños del colegio, acompañados por sus maestros, y un grupo numeroso de feligreses. Y allí, en el breve acto de bienvenida de la Cruz se encomendó al Beato Seminarista, en el lugar de su martirio, nuestra misión diocesana. Después se organizó un traslado festivo hasta la parroquia, en una marcha que iba encabezada por una pancarta cuyo lema era: “Sí, sí, sí. El Monte evangeliza”. Y al llegar al templo tuvo lugar una oración pensada para los niños y una adoración de la Cruz.
A continuación, se celebró la Eucaristía y se rezó el Vía Crucis, siguiendo los materiales que la Vicaría de Evangelización ha preparado para esta misión diocesana.
La mañana terminó con una comida de fraternidad, donde los asistentes compartieron la ilusión que había supuesto la llegada de esta cruz, pero, sobre todo, la alegría de afrontar la tarea de llevar a cabo esta misión.
Por la tarde, la Cruz fue recibida en Jamilena por el cuadro pequeño de Nuestro Padre Jesús, todos los niños de la catequesis, sus padres y una gran multitud de feligreses, que no quisieron perderse su llegada en la furgoneta que el arciprestazgo de Martos-Torredonjimeno había preparado para sus traslados. ¡Emotivo y hermoso momento!
Después, con cantos y danzas, una marea de niños agitando sus banderitas y de adolescentes con carteles de la misión acompañaron la Cruz hasta el templo parroquial. Fue, sin duda alguna, una marcha misionera, donde se palpó la alegría de la fe.
Ya en el templo, se entronizó la Cruz y tuvo lugar una breve celebración de bienvenida, en la que se prolongó el tono festivo del traslado. La celebración con los niños terminó con la veneración de la Cruz y la colocación en ella de unos pósit con sus nombres y sus peticiones.
A continuación, prosiguieron los actos organizados con motivo de la llegada de la Cruz: una exposición del Santísimo, el rezo de vísperas, la celebración de la Eucaristía y, para terminar, el Vía Crucis-Vía Lucis. Una tarde completa, dedicada a anunciar la misión y a rezar por sus frutos pastorales y espirituales en la comunidad cristiana de Jamilena.
Los actos en torno a la Cruz terminaron al día siguiente, cuando después del rezo de las laudes, le fue entregada a D. Manuel Ceacero, que la llevó a Las Casillas de Martos.
El paso de la Cruz misionera tanto en Monte Lope Álvarez como en Jamilena marcó el inicio de la misión. Fue acogida con mucha expectación y se ha marchado dejando tras de sí una estela de ilusión y de compromiso. Ahora comienza el período de formación de los agentes desde una convicción: se necesita una parroquia “en salida”, una comunidad de discípulos misioneros que alcance el “sueño de llegar a todos”.
José Antonio Sánchez Ortiz
Párroco de Monte Lope Álvarez y Jamilena
