El pasado sábado, 17 de junio, tanto el pueblo de Jamilena como la Adoración Nocturna de la Diócesis de Jaén, vivieron una jornada eucarística que será difícil de olvidar, la celebración de la tradicional Fiesta de la Espiga. La primera que se celebra en un pueblo con normalidad, después de la pandemia, ya que el año pasado se celebró en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, en acción de gracias.
Desde el Consejo Diocesano de ANE dan las gracias por esta celebración a la sección de la Adoración de Jamilena; al párroco, D. Antonio Lozano; al Ayuntamiento y a todas y todos los vecinos que colaboraron de una u otra manera en el engrandecimiento de esta Fiesta. Se pudo disfrutar de la hospitalidad de sus habitantes, el gran trabajo de ornamentación de sus calles y los magníficos altares levantados en honor de Jesús Sacramentado.
La Fiesta comenzó alrededor de las 18:30 de la tarde en el Auditorio Municipal “Miguel Ángel Colmenero”, con la recepción de Adoradores llegados desde las secciones de Baeza, Jaén, Torreperogil, Villacarrillo, Úbeda, Arjona, Torredelcampo, Marmolejo, Arjonilla, Mancha Real, Linares, Bédmar, Sabiote, Jódar, Beas de Segura, Mengíbar, Huelma, Noalejo, Orcera, Jabalquinto y La Bobadilla (en orden de mayor a menor antigüedad).
Posteriormente, a las 20:00 horas en el mismo Auditorio, tuvo lugar la celebración del pregón a cargo de D. Andrés Segura Moya, Vicario Judicial de la Diócesis de Jaén y antiguo párroco de Jamilena, todo ello bajo la presentación de D. Antonio y Francisco, como amigo y colaborador de la Parroquia. En su magnífico pregón, el Vicario Judicial hiló su nombramiento como párroco en esta localidad y cómo sus vecinos le ayudaron a poner en práctica su ministerio por ser éste su primer destino. Destacó la Fe y el gran amor del pueblo a Jesús Sacramentado, sobre todo con la esmerada celebración del Corpus Christi y su conocida Octava del Corpus.
Tras un descanso que fue aprovechado por los visitantes para cenar y disfrutar de la gastronomía de esta localidad, tuvo lugar la procesión de Banderas de las Secciones de la Adoración Nocturna Española y Cofradías locales, terminando la misma con la bandera de la sección local de Jamilena, la Cofradía del Santísimo Sacramento y los miembros del Consejo Diocesano de ANE. El itinerario comenzó en el ya citado Auditorio y nos fue llevando por todas las calles engalanadas para la ocasión hasta el magnífico altar de cultos que se había instalado en la Plaza Virgen de la Natividad.
Pasadas las 22:30 horas tuvo lugar la celebración de la Eucaristía, presidida por el. Obispo de la Diócesis de Jaén, D. Sebastián Chico. En su homilía destacó la importancia de la celebración de la Eucaristía en la vida de los cristianos y de cultivar la devoción a Jesús Sacramentado en nuestros pueblos, además de pedir a todas las secciones que en sus vigilias se ore mucho por el aumento de las vocaciones al sacerdocio, ya que hacen falta familias que animen a sus hijos y jóvenes decididos a decir sí al Señor, ante la escasez de sacerdotes para atender a nuestros pueblos. Concelebraron varios sacerdotes de la diócesis, además del Provicario General y el párroco de Jamilena, ayudando en la celebración varios seminaristas y el coro parroquial.
Finalizada la Eucaristía, tuvo lugar la Exposición del Santísimo y la celebración de la Vigilia de oración, organizada por la sección local de Jamilena. Una vez terminada se entronizó el Santísimo en la Custodia de un bello trono portado por anderas con túnicas blancas y acompañado con los sones de la Banda de Música “Miguel Ángel Colmenero”. Además se contó con la presencia de la Reina de las Fiestas y de los Mister y Miss infantiles, junto con la recién estrenada Corporación Municipal encabezada por el Sr. Alcalde. Tanto los adoradores como los vecinos esperaban expectantes el paso del cortejo, que finalizó en torno a las 2.00 horas de la madrugada del domingo en la Glorieta de San Isidro con la tradicional Bendición de los Campos y posterior Reserva del Santísimo en la Parroquia. Tras el canto a la Virgen María se dieron las gracias y se despidieron a los adoradores, deseándoles un feliz regreso a sus pueblos.
Aún con el recuerdo en los ojos de esta magnífica celebración, sólo cabe dar las gracias a Dios y empezar a trabajar en la preparación de la próxima Vigilia Diocesana de Espigas 2024.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
Ave María Purísima.
Pedro Talavera Lara
Vicepresidente Diocesano de ANE
