
Estaba previsto que se celebrara el pasado 28 de abril, pero el inesperado apagón, canceló también, la celebración del funeral por el alma del Santo Padre, el Papa Francisco.
Hoy, la Catedral de Jaén ha acogido ese funeral multitudinario, en el que la sociedad jiennense: civil, militar, académica, del ámbito local, provincial, autonómico y nacional se han querido unir a la oración del pueblo cristiano que peregrina en Jaén para hacer memoria agradecida del Papa Francisco.

Junto con la Corporación Municipal casi al completo, el Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en la provincia, D. Jesús Estrella; el Presidente de la Diputación, D. Francisco Reyes; el Subdelegado del Gobierno; D. Manuel Fernández Palomino; otros tantos Delegados territoriales, miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, como el Subdelegado de Defensa, el director de la Academia de la Guardia Civil de Baeza, la Comisaria Jefe de la Policía Nacional y el Jefe de la Policía Local de Jaén, entre otros; miembros de la Universidad de Jaén, y más de 15 alcaldes de toda la provincia han acudido a la invitación del Prelado jiennenses, Monseñor Chico Martínez, para rezar por el Papa. También se han unido algunos miembros de los Colegios profesionales de la provincia y una gran representación del pueblo fiel, que abarrotaba la Catedral.

Junto con más de una treintena de sacerdotes, se han unido al funeral diocesano diáconos permanentes y los seminaristas. El Orfeón Santo Reino ha estado a cargo del acompañamiento musical. El Evangelio lo ha proclamado el diácono Fernando Ruano y las lecturas han estado a cargo de dos religiosas.

Homilía
Don Sebastián Chico Martínez, Obispo de Jaén ha querido en su homilía recordar a la figura del Papa Francisco. Hacerlo desde el recuerdo cariñoso del Pontífice que ha marcada un estilo propio en su manera de ejercer su pontificado, en el que los pobres, los débiles, los migrantes, los presos han sido su prioridad y a los que ha puesto en el centro a lo largo de estos 13 años de magisterio petrino. Tras los saludos, ha afirmado: “Hoy, nuestra Iglesia de Jaén se inclina en oración ante Dios por quien fue, como Jesús pidió a Pedro, “el que confirmó a sus hermanos”. Se nos ha ido el pastor que caminaba junto a nosotros: delante, entre y detrás de su rebaño, con una sonrisa franca, una palabra profética y el Evangelio siempre en los labios y en su corazón”.
Tras la reflexión de las lecturas ha querido repasar el magisterio de Bergoglio, empezando por su hoja de ruta, su primera Exhortación Apostólica, “Evangelii Gaudium”, para expresar: “En la misión del Papa Francisco, quien nos invitó, constantemente, a buscar no lo superficial, sino lo profundo: un renacimiento espiritual que proviene únicamente de la comunión con Cristo, con el Resucitado. Esa fue la gran llamada que sintió y de la que nos hizo partícipes: un nuevo nacimiento para la Iglesia. Desde el principio de su pontificado, lo expresó con fuerza en su Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, su texto programático: una Iglesia que se deja renovar por el Espíritu, que sale de sí misma, que abandona la autoreferencialidad y que se reencuentra con la alegría del Evangelio, no para sí misma, sino para anunciarlo a toda la humanidad”.
Del mismo modo, el Prelado del Santo Reino, ha hablado de la entrega al pontificado de Francisco, a pesar de la edad, de la enfermedad, como un servicio a la Iglesia y al mundo, y lo ha recalcado con estas palabras: “Nos hizo ver que el verdadero poder es servir. Y sirvió sin descanso: enfermo, anciano, débil, pero lleno de Espíritu Santo. Hermanos, cuando un pastor entrega su vida al servicio del Evangelio, su muerte no es el final, es también una siembra fecunda. El Papa Francisco no sólo nos ha dejado un ejemplo luminoso de fidelidad, humildad y cercanía. Nos deja una herencia espiritual que no podemos olvidar, porque nace del corazón del Evangelio y se encarna en los gestos concretos de su pontificado”.

Antes de finalizar, el Obispo de Jaén ha querido hacer una semblanza de la herencia espiritual del Papa de la ternura, a través de sus gestos: “El Papa Francisco nos deja una llamada a todos, también para políticos, y gobernantes del mundo, recordando cuál es su misión: “Cuidar la fragilidad del pueblo. Y no aprovechar el poder para obtener beneficios personales, sino para cuidar a la gente, para sostener y promover a los más débiles”, y una afirmación rotunda diciendo que las guerras son miserables, y es miserable la muerte de los niños y de los inocentes en ellas. Dejándonos, también, su llanto contenido ante la paz aún no conseguida. Bergoglio nos deja el reto de reconocer nuestro planeta como “la casa común” a proteger y a cuidar por todos. Nos deja una llamada a recuperar lo esencial, ante la burbuja del consumismo que podemos vivir, anestesiados ante el sufrimiento humano. Nos deja el legado de su cercanía con los pobres, los niños, los migrantes, los últimos, y su ternura espontánea por todos los excluidos de la sociedad. La herencia de Francisco es su lucha contra la cultura del descarte, invitándonos a respetar la diversidad y a acoger a “todos, todos, todos”. Con él hemos aprendido y hecho nuestra la sinodalidad, porque la Iglesia es pueblo, comunión, discernimiento comunitario, en el que TODOS caminamos juntos. Nos da una lección de vida con su austeridad, su coherencia, su alegría sencilla y desarmante. El Papa Francisco nos enseña a reír con su humor y su alegría. Nos deja la frase que tantas veces repitió: “No se olviden de rezar por mí”. Nos deja…”

Monseñor Chico Martínez no se ha olvidado del tiempo nuevo que empieza mañana cuando se cierre “con clave”, la Capilla Sixtina para elegir al sucesor número 267 de San Pedro, que guie, con corazón de padre la Iglesia Universal. En este sentido, ha pedido a los presentes rezar para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales para que el nuevo Pontífice sea el que necesita la Iglesia católica y el mundo en este momento precioso de la Historia de la humanidad.
Las ofrendas las han llevado hasta el altar representantes de algunas cofradías, la de Ntra. Sra. de la Cabeza y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la capital.
Antes de la bendición apostólica, el Prelado jiennense ha vuelto a agradecer a las autoridades su presencia y sus muestras de pésame y cercanía en los días posteriores al fallecimiento del Papa argentino. También, ha reiterado la petición de oración por el nuevo Sumo Pontífice y ha anunciado que habrá una misa de acción de gracias cuando sea elegido el futuro sucesor de Pedro.
Pocos minutos antes de las diez de la noche se iba retirando los miles de congregados en del templo catedral, con el corazón puesto ya en el Vaticano a la espera del que el humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina anuncie en pocos días: Habemus Papam.
Homilía del Obispo de Jaén en el funeral diocesano del Papa Francisco
Galería fotográfica: «Funeral diocesano por el alma del Papa Francisco»
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