
El 11 de junio, el que es considerado como “el día más grande de todo Jaén”, se conmemora el Descenso de la Virgen María a la ciudad, en la noche de San Bernabé del 1430.
Un año, más y cumpliendo así con la tradición, los cabildos: el catedral y el municipal, se han unido para venerar y dar gracias por ese hecho prodigioso que dio un impulso a Jaén y a sus gentes en los estertores de los ataques fronterizos. En esta ocasión, el Obispo de Jaén, Monseñor chico Martínez, el Cabildo Catedral y el alcalde de Jaén, Julio Millán, junto con la segunda teniente de alcalde, África Colomo han hecho el recorrido que según está atestiguado hizo la Señora, saliendo desde la Catedral hasta llegar a la Basílica de San Ildefonso. Allí los aguardaban el resto de la Corporación Municipal y la Junta de Gobierno de la Cofradía de la patrona de Jaén, en el año en el que José María Francés se estrena como Hermano Mayor.

En procesión han entrado, autoridades eclesiales y municipales para celebrar, juntos, la Eucaristía. Dentro, aguardaban el resto de las autoridades civiles, militares y judiciales, del ámbito local, provincial y autonómico; así como el pueblo fervoroso que quería entonar un acción de gracias ante la talla de la Virgen de la Capilla.

El Obispo ha estado acolitados por algunos seminaristas y un aspirante a diácono permanente, el Evangelio lo ha proclamado el diácono permanente, Manuel Rico. El Orfeón Santo Reino, fiel a la tradición, ha acompañado con sus voces la celebración.
El acta notarial del Descenso, firmada ante el Provisor de la Diócesis, Juan Rodríguez de Villalpando, el 13 de junio de 1430, ha sido leída íntegramente al inicio de la Misa.

Homilía
En sus palabras, Monseñor Chico Martínez, ha querido poner de relieve este día como uno de los más importantes de la ciudad. Por eso, ha comenzado explicando: “En este día grande para nuestra ciudad, nos congregamos como pueblo creyente, en el corazón de Jaén, para rendir homenaje y renovar nuestra fidelidad a la Virgen de la Capilla, nuestra Patrona, en el aniversario de su glorioso Descenso, acontecimiento singular de gracia que marcó para siempre el alma de esta ciudad”.
Después, ha añadido: “Nos encontramos en el lugar donde la historia de Jaén y la ternura de Dios se abrazan: el Santuario de la Virgen de la Capilla. Aquí, en este templo amado y venerado, el corazón de nuestro pueblo late con fuerza. No es solo un templo entre otros; es el joyero de la fe maternal de Jaén, el lugar donde el cielo tocó la tierra aquella noche del 10 al 11 de junio de 1430, dejando la huella imborrable del paso de la Madre de Dios por nuestras calles.
En este sentido, el Prelado jiennense ha hecho referencia al acta notarial, “de aquel suceso, levantada por Juan de Villalpando tres días después, no solo legitima el hecho, sino que es testimonio del alma creyente de esta ciudad. Jaén acogió a María, y María no ha dejado de proteger a Jaén desde entonces”.

De igual modo, el Obispo ha reflexionado sobre la Palabra proclamada, para, a continuación, afirmar que “la Virgen María no es un simple sentimiento. No es un recuerdo folclórico o cultural. Es una escuela de vida cristiana. Y desde la Virgen de la Capilla, esta ciudad ha aprendido a vivir de otra manera”.
Para finalizar recordando que el Descenso de la Virgen María no es solo algo histórico, sino que interpela directamente a los jaeneros de cada momento de la Historia. “Como María en su Magníficat, hemos de alzar la voz de la fe que canta la misericordia de Dios. Ella bajó a Jaén como signo de consuelo, pero también como impulso misionero. El pueblo que acoge a la Virgen es un pueblo que se levanta. Descendió a Jaén no para que la encerráramos en un camarín, en un templo, sino para que su presencia transformara la vida de un pueblo entero. Si Ella bajó, también nosotros debemos levantar el alma. Si Ella caminó nuestras calles, también nosotros debemos caminar los caminos del Evangelio”.
Don Sebastián ha concluido, “Hermanos, hoy venimos a presentar ante nuestra Madre lo que somos, lo que tenemos, lo que soñamos. Ella conoce nuestras penas, nuestras luchas, nuestras heridas. Le pedimos que bendiga a nuestras familias, que proteja a los enfermos, que consuele a los que lloran, que fortalezca a quienes sufren por la falta de trabajo o de esperanza. Ella no ha dejado de acompañar a Jaén desde 1430. Y no lo hará mientras su pueblo la siga invocando con fe. Por eso hoy, en esta Eucaristía solemne de los Cabildos, donde lo civil y lo religioso se dan la mano en la historia de nuestra ciudad, le renovamos nuestra alianza. Le decimos: “Virgen de la Capilla, no nos dejes de tu mano. Madre del cielo y Señora de Jaén, sigue caminando con tu pueblo.”
Las ofrendas han sido llevadas hasta el presbiterio por el Hermano Mayor y su esposa y la Vicehermana mayor y su madre.
La Eucaristía ha concluido con el himno de la Virgen de la Capilla y un viva a la Virgen, al que ha respondido todo el pueblo congregado.

Después, y antes de la ofrenda florar, el Obispo y el vicedeán se han hecho fotos con autoridades y miembros de la Junta de Gobierno.
Esta tarde, a las 19:30 horas procesionará, portada por su cuerpo de horquilleros, la Virgen de la Capilla, patrona y alcaldesa mayor de la ciudad de Jaén.
Galería fotográfica: «Misa votiva de Cabildos Virgen de la Capilla 2025»
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