El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, recibió, en la tarde del sábado, a 66 novios de distintas localidades de la provincia a quienes trasmitió la preocupación de la Iglesia por hacerse presente en todas las realidades y circunstancias humanas. Con gozo, la Iglesia quiere estimular, orientar y ayudar a esos jóvenes que en la etapa final de su noviazgo se disponen a decir un “sí” para siempre, y a quienes el Obispo exhortó a profundizar en el verdadero sentido del amor, del compromiso y de la grandeza y riqueza de la vida conyugal, que en breves fechas todos los presentes se disponen a iniciar.
En encuentro diocesano de novios, que se celebra por primera vez en la Diócesis, pretende ser una jornada de encuentro en vísperas del día de San Valentín, que muchas veces, como indica el Papa Francisco, es mejor aprovechado por los comerciantes que por la creatividad de los Pastores.
El evento, celebrado en la Iglesia de la Merced de Jaén capital, comenzó con una charla bajo el lema “Lo que Romeo y Julieta se perdieron” en la que los novios profundizaron sobre las etapas del amor y los aspectos más característicos de cada una de ellas, desde el amor romántico, ese basado casi exclusivamente en lo sentimientos, hasta el amor espiritual, donde se ponen en juego todas las esferas de la persona desde la genitalidad, pasando por la esfera de los sentimientos, hasta la esfera de la voluntad y de la espiritualidad, basado en una decisión firme, decidida y consecuente.
Posteriormente, en la Capilla de la parroquia de La Merced, Don Amadeo, tomando como base el conocido himno de la Caridad de San Pablo a Corintios, le dedicó a los novios, unas palabras de ánimo desde “la profunda alegría que le suponía constatar que el ‘milagro del amor’ entre el hombre y la mujer se sigue haciendo presente en muchos jóvenes, que habiendo empezado ya un camino de conocimiento mutuo y comprensión, se encuentran seguros para dar el paso definitivo en el matrimonio a un amor para siempre, desde una decisión libre, generosa, pensada, valiente”… En sus palabras, les recordó que “la fidelidad en el matrimonio cristiano es también un don de Dios, y que es necesaria la gracia de Cristo para que el egoísmo, la rutina, los imprevistos, las dificultades no empañen y debilite el amor”. Tras unos momentos intensos de oración el Obispo diocesano, bendijo el amor de los presentes, saludándolos personalmente, uno a uno, y entregándoles un pequeño recuerdo del encuentro y una frases de la exhortación del Papa Francisco, Amoris Laetitia.
Tras reponer fuerzas con una chocolatada, los novios que participaron en este I Encuentro diocesano de novios tuvieron la oportunidad de disfrutar de una visita romántica por el casco antiguo de la capital, guiados por la guía turística, Eva M de Dios. Gran colofón a esta jornada organizada por la Delegación Episcopal de Familia y Vida.